Visitar Olivenza es sumergirse en todo un crisol de culturas. A medio camino entre dos países, la población pacense sigue siendo referente cultural de la raya hispanolusa.
Su alma portuguesa queda patente en los adoquines de sus calles, las fachadas blancas de sus casas o la decoración manuelina en varios de sus edificios. La villa está declarada Conjunto de interés histórico artístico desde 1964.
Además desde el 2019 forma parte de la Asociación de los Pueblos Más Bonitos de España, junto con Robledillo de Gata, en Cáceres.
El visitante puede (y debe) perderse en las calles de Olivenza para descubrir todos sus monumentos y legados. La muralla puede ser un buen punto de partida para ir de fuera adentro y conocer los restos de las cuatro murallas que protegieron la ciudad.
El castillo, baluartes, ermitas, plazas y conventos forman parte de los diferentes itinerarios. La Torre del Homenaje tiene 37 metros de altura y es la más alta de las torres de fortaleza en la frontera hispanoportuguesa.
La joya de Santa María Magdalena
Hasta seis edificios religiosos atesora Olivenza en sus calles: cuatro iglesias y dos parroquias. Llama la atención la Iglesia de Santa María Magdalena por ser una bella joya del estilo manuelino portugués. Destaca su decoración naturalista, donde no faltan lo elementos marineros.
En su interior una fusión de robustez y sensualidad, dividido en tres naves por ocho columnas torneadas como gruesas cuerdas de navío. Fue elegido Mejor Rincón de España por la guía Repsol en 2012 y es un buen punto de partida para hacer turismo religioso.
No podemos perdernos el Museo Etnográfico Extremeño con 27 salas que ocupan las dos plantas del Castillo y dos de la Panadería del Rey. Aquí podremos apreciar las diversas manifestaciones culturales además de piezas arqueológicas.
Un original museo Papercraft
Como curiosidad, Olivenza atesora uno de los dos museos de Papercraft que existen en Europa. Es una técnica para crear esculturas de papel en 3D a partir de un patrón. En Olivenza se pueden ver más de 700 figuras que recrean monumentos, animales, personajes o incluso deportes.
Visitar Olivenza es también degustar una gastronomía que fusiona Extremadura y el Alentejo. Migas, sopas de tomate y gazpachos no pueden faltar en el menú. Los embutidos de cerdo o la caldereta de borrego dan paso a un dulce típico como la Técula Mécula, los gañotes, pestiños o perronillas.
Publicado marzo 2022