En la bibliografía de la poeta María Ángeles Pérez López hay tres títulos –Carnalidad del frío, Fiebre y compasión de los metales y el del libro del que quería hablarles hoy, Incendio mineral– que encierran o parecen encerrar en sí una contradicción, un oxímoron, al asociar calor a lo que se nos antoja frío, pues parecen querer medir los tres la temperatura, la alta temperatura, de lo inerte.
Algo de eso hay, de vocación de medir, y de conocer, en su último libro, publicado por Vaso Roto e integrado por quince poemas en los que la autora se acerca, con la delicada atención del botánico, o del entomólogo –no en vano algunas de esas piezas giran en torno a las abejas, a las hormigas o a la avispas–, a fenómenos casi imperceptibles. Para hacerlo emplea una prosa intensa y rítmica en la que en ocasiones late con fuerza el endecasílabo y con la que describe esos fenómenos con meticulosidad casi científica, como si, en su caso, la poesía, con su potente arsenal de metáforas e imágenes, se hiciese ciencia para descubrirnos el calor que se oculta tras lo inerte, todo ello con el afán, quizá, de indagar en la sustancia íntima del mundo y, a través de ella –pues su obra sugiere un estrecho vínculo, una inquebrantable simbiosis entre lo que somos y lo que nos rodea–, penetrar en nuestra más profunda condición, acercarse a lo que somos, con preguntas tan cruciales como “¿Quién crees que eres yo?”, que abre en gran medida el libro, o “¿Y si eres nadie?”, que lo cierra.
Sabedora de que es “sólo (…) una herida en el lenguaje”, la poeta también sabe que en ese camino del conocimiento, de la toma de conciencia, las palabras cumplen un papel fundamental, inigualable. Unas palabras que están “a medio camino entre lo líquido y lo sólido” y que “son fluido translúcido que arrastra a su paso cuanto puede”, unas palabras con las que ha crecido y que otros, antes que ella, “lamieron y han masticado hasta la extenuación”, y tal vez por eso, porque sabe que su bagaje incorpora el bagaje de esos otros, escribe con honradez y fidelidad algunos de esos poemas con poetas como María Ángeles Maeso, Gonzalo Rojas, Aníbal Núñez, José Emilio Pacheco, Claudio Rodríguez, Antonio Machado o Fernando Pessoa, haciendo perceptible y diáfano el peso de sus lecturas, de la tradición, en su labor creadora.
Entre el frío y el calor, entre la poesía y la ciencia, entre la tradición y la modernidad, María Ángeles López Pérez nos habla en estos quince poemas con una voz cercana, que nos interroga sobre mundo y sobre lo que somos en tono de confidencia, una voz que lograrán sentir, sin duda, todavía más próxima si nos acompañan el martes 22 de febrero, a las ocho de la tarde, en la Sala Verdugo, en la tercera sesión del curso 2021/2022 del Aula de Literatura “José Antonio Gabriel y Galán”, en la que tendremos la suerte de contar con ella como invitada.
Les esperamos.
Incendio mineral
María Ángeles Pérez López
Vaso Roto
18 euros