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Torre de Don Miguel, un pueblo con mucho arte

Torre de Don Miguel es un pueblo con mucho arte. Un destino que se guapea cada dos por tres gracias a las iniciativas del Centro de Interpretación Sierra de Gata y de su responsable, María Jesús Nuevo, que implica a los vecinos en la tarea de embellecerlo.

Las últimas propuestas han sido pintar en las papeleras sus rincones, tradiciones y atractivos turísticos y llenar las calles de latas decoradas con expresiones de Torre de Don Miguel para seguir conservando su identidad y que no caigan en el olvido.

Papeleras y latas llenas de color

En las papeleras aparecen motivos como los característicos pasadizos de la localidad o el árbol con las capacetas de la Fiesta del Capazo. Una celebración esta última que es tan ancestral como única en Extremadura y que desde la primavera de 2021 se recuerda, además con el mural del artista urbano Miguel Granado Enebral  en una fachada lateral del Ayuntamiento.

Miguel Delgado Enebral es el autor del mural de la fiesta de El Capazo

Las latas podían haber acabado en un contenedor pero se les ha dado una segunda vida convirtiéndolas en maceteros forrados con fieltro. En ellas se pueden leer expresiones muy de “la Torri” y de Extremadura como “vengo arrecío”, “ale aviao” o “eris un enrea”. Otras se han convertido en ceniceros para que nadie tire colillas al suelo.

Torre de Don Miguel de cortina en cortina

A estas bonitas propuestas se unen las cortinas decoradas en las puertas de las casas, una iniciativa de la vecina Aurora Pérez en el verano de 2020. Lucen jeroglíficos que hay que descifrar para conocer getilicios, nombres de rincones, leyendas, apellidos, sentimientos… en la mayoría de los casos ideadas con mucho humor.

El callejero de Torre de Don Miguel también es de lo más singular porque junto al nombre de las calles figura el de sus vecinas más mayores. Un entrañable recuerdo a mujeres como Julia la sillera; La Nide que vendía chucherías en la plaza o Juliana la risitas.

Un pueblo lleno de luz y de color en el que el paseante encuentra rincones tan emocionantes como el de la calle Cancillo Bajo, en la judería, que recuerda los braseros de picón.

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Rincón decorado en la calle Cancillo Bajo de la judería de Torre de Don Miguel.

© Planveando Comunicaciones SL

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