En cuanto uno empieza a leer Nembrot, novela del escritor gallego publicada por DVD en 2002 y reeditada en 2016 en versión completa por Trifolium, uno tiene la impresión de encontrarse delante de auténtica literatura, dicho en el sentido más noble –en absoluto peiorativo– de la palabra, no solo por su escritura rica y sabrosa, sino por la multitud de referentes que, desde la primera página, salen al paso del lector. Comenzando, tal vez, por Rayuela –debido al nombre de uno de los protagonistas, a que la trama transcurre en en parte de un lado y del otro y a que trata, también, en definitiva, sobre dos personajes, Bralt y Horacio Outeiro, que se buscan y no se encuentran–, siguiendo por obras protagonizadas por parejas memorables de personajes –don Quijote y Sancho, Harold Bloom y Stephen Dedalus o Don Latino y Max Estrella– que dialogan sobre lo humano y lo divino, y sin olvidarnos de otras que aparecen de forma más discreta, a veces casi imperceptible, como Hamlet, que sin duda se encuentra agazapada por detrás del nombre (y no sólo) de Ofeliña, uno de los personajes secundarios. Por lo que tiene, pues, de intertextual, por lo que tiene de metaliterario en las disquisiciones, tan argentinas, de Bralt, y por la complejidad de la trama, se tiene por momentos la sensación de que en Nembrot está todo, de que es una novela total, porque al hilo de la esquiva relación sentimental entre los protagonistas, uno puede disfrutar, por poner algunos ejemplos, del juego de máscaras entre los presuntos autores de la Serie Rosa –una colección de novelas eróticas de quiosco–, de interesantísimas deducciones filológicas sobre el origen y sentido de un romance popular dedicado a San Antonio de Padua, o de un delirante viaje a Mondoñedo, ciudad que corre el riesgo de disolverse si se deja de leer la obra de su hijo más ilustre, Álvaro Cunqueiro, al que el autor, Pérez Álvarez, homenajea sin duda en este entre mágico y estrafalario episodio. Además, todo ello está extraordinariamente bien trabado en una obra que discurre entre lo grotesco y lo dramático, que apela a la razón y a los sentimientos, y con la que, en palabras de Juan Goytisolo del año 2003, “la novela española entra con buen pie en nuestro recién nacido tercer milenio”. Debo decir, por último, que Nembrot no es, a pesar de todo, una lectura para todos los públicos, que es, quizá, lo peor que se pueda decir de un libro en una sección como esta, que pretende ser de amable y entusiasmada invitación a la lectura, pero creo que eso no debe ser obstáculo para recomendar un libro que, aunque exigente, resulta del todo recomendable y con el que, si hacen un poco el esfuerzo, pueden llegar a disfrutar de extraordinarias horas de lectura.
Nembrot
José María Pérez Álvarez
Editorial Trifolium
21 euros