No es una errata, es el Castaño del Postuero por mucho que se presta al postureo. Sobre todo en otoño, cuando brilla con luz propia el Castañar de Calabazas en pleno Geoparque Mundial de la Unesco Villuercas-Ibores-Jara y todo senderista cae rendido ante sus 17 metros de altura, casi nueve de perímetro del tronco y una copa de 22 metros de diámetro para fotografiarlo o dejarse fotografiar.
Un paseo entre castaños centenarios y loros milenarios
El Castaño del Postuero es el más destacado, pero a lo largo de esta ruta que parte de Castañar de Ibor se encuentran hasta 17 castaños monumentales declarados Árboles Singulares de Extremadura. Los gigantes del Geoparque Villuercas-Ibores-Jara, dice su web oficial.
Ya solo eso hace diferente a la ruta donde se pueden ver, además, árboles que son toda una reliquia del Terciario. Parecen hojas de laurel, se llaman loros, laurel portugués de hecho o Prunus lusitanica de nombre científico, y son de los pocos que quedan en la Península Ibérica.
Rumbo a la Chorrera de Calabazas, un geositio del geoparque cacereño
Todo ello caminando sobre lo que hace millones de años era un fondo marino hasta llegar a la Garganta de Calabazas, uno de los 50 geositios o puntos de interés geológico del geoparque cacereño. Un privilegiado mirador del característico relieve apalachense que lo emparenta con los montes Apalaches de Estados Unidos.
Por el camino se van viendo a ambos lados pedreras, auténticos ríos de piedras que los lugareños han dado en llamar calabazas por su gran tamaño y de ahí que todo este paraje reciba el nombre de Castañar de Calabazas. Lo que sí son es una ventana al pasado por los icnofósiles que dan fe de que hace 600 millones de años estaba sumergido por el agua.
Paraíso para el geoturismo
Es un paraíso para los amantes del geoturismo, pero también una gozada para quien solo busque andar por andar por los alrededores de un pueblo al que el senderismo da mucha vida además de la Cueva de Castañar, Monumento Natural para el que hay lista de visitas, o la alternativa perfecta si se quiere viajar al centro de la Tierra, que es el Centro de Interpretación.
En ruta desde Castañar de Ibor
La ruta del Castañar y la Chorrera de Calabazas se inicia al otro lado del pueblo, en dirección a Guadalupe por la EX118. El coche se puede dejar en los aparcamientos del hostal Solaire, que está justo enfrente, o llevarlo por la pista de tierra hasta una explanada que se desvía a la derecha para subir al Camorro, un mirador natural a más de 1.100 metros de altura. Lo que salva los primeros 2,5 kilómetros de ascenso constante que, no obstante, se pueden recorrer sin mayor dificultad incluso con niños. De hecho es una ruta ideal para hacer en familia.
En total no son más de 10 kilómetros y siguiendo recto, el sendero se abre para atravesar un bonito bosque de esbeltos robles que ganan en primavera. Más adelante se suceden los castaños centenarios, el del Postuero con panel propio por su porte y unas raíces como pies de gigante. No tanto como otros ejemplares, algunos incluso de aspecto fantasmagórico.
La senda vuelve a estrecharse, empieza a oírse el arroyo y si se presta atención, se ven los loros y helechos, que son la antesala de una zona de cortados. Con cuidado porque hay piedras sueltas y resbaladizas por la humedad, se inicia el descenso para ver de frente la Chorrera con mayor o menor cantidad de agua en función de la época del año. Ya solo la pared vertical teñida de verde por las algas llama la atención.
Es una ruta lineal por lo que desandar lo andado permite volver a disfrutarlo con otra luz del día que se cuela entre los árboles. Una delicia en cualquier época del año.
Publicado en noviembre de 2021
Léelo en portugués: O castanheiro de Postuero domina o Geoparque de Cáceres