La gran boda extremeña

La vida bien encaminada te puede llevar a lugares en los que te cuidan y consideran, aunque no tengan nada que ver con aquellas tierras en las que te parieron y criaron. Son ciudades y países diferentes al tuyo que te atrajeron y en los que te encuentras bien porque te dan trabajo, te alimentan y te facilitan la amistad entrañable y cercana. Es decir, que te crean un estado de bienestar que te hace sentir casi como en la cuna primigenia, aunque seas consciente de que los recuerdos de tu origen ya no tengan oportunidad de repetirse.

Como lo que cuenta es vivir y sentir, el lugar que has adoptado para desarrollar tu existencia te compromete por elección y gusto, porque trabajas bien y te socializas mejor y todo ello te compromete. Es entonces cuando surge, de forma natural, un sentimiento de compromiso, un vínculo afectivo con todo aquello que te rodea: profesión, hábitos sociales y por consecuencia, amistad. Y te enamoras de todo eso, de ese entorno adquirido e incluso de tu bien administrada soledad. Y claro, consecuentemente empiezas a amar el lugar, a su orografía, a sus paisajes, a su gente, a sus costumbres y cultura.

A este foráneo que ya acumula años de residencia en esta querida Plasencia, se le amontonan los sentimientos antes mencionados y es cuando se suscita el casorio con esta tierra y todo lo que ella contiene. Y adquieres el anillo de compromiso, después el de boda y te los pones y no te los quitas, porque ya estás con quien querías conocer y ahora deseas no abandonar.

Algo parecido les pasa a dos pequeñas ciudades extremeñas, que a fuerza de amigarse, participar y disfrutar de lo común deciden unirse para hacerse más grandes y estar más juntas. Como un matrimonio.

Villanueva de la Serena y Don Benito, dos preciosas poblaciones de la sureña Extremadura, deciden unirse definitivamente (tras algunos fallidos intentos) con el fin de paticipar de lo común: amigos, cultura, sociedad e industria. De esta unión nacerá el tercer Municipio extremeño más grande y notorio después de los de Cáceres y Badajoz. A medio plazo será lo que vendrá a ser (eufemísticamente hablando), la gran boda extremeña.

Publicado el 22 de octubre de 2021

Carnicerías Bernal PLasencia

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