Es decir la laguna de Riolobos, en un pequeño pueblo rodeado por la dehesa extremeña, y pensar automáticamente en una charca. Pero la laguna de Riolobos lleva a imaginarte en El Retiro con su balaustrada ornamental de blanco impoluto que mide una hectárea de diámetro.
Es la foto que se hace todo el mundo de recuerdo mientras la rodea en busca de los patos que tienen allí casa propia, junto a un géiser que se ilumina por la noche. Una foto con la que presumir en Instagram.
Es toda una joya del mundo rural digna de conocer, que está a seis kilómetros de la Autovía de la Plata entra Plasencia y Cáceres, dentro del recién declarado Parque Periurbano de Conservación y Ocio. En primavera las orquídeas de Riolobos lo cubren de un manto violeta en el Cerro Tomillar, donde hay un mirador que regala atardeceres espectaculares en las noches de verano.
Por el día se puede visitar el jardín botánico y el aula de naturaleza y, salvando las horas de más sol en la piscina municipal que está en el mismo recinto, acabar el día recorriendo el parque y los alrededores. O empezándolo porque Riolobos dispone de camping y varias casas rurales y apartamentos turísticos así como varios bares para comer, cenar o tapear.
Riolobos es un destino sorpresa donde, en ocasiones, se puede recorrer la laguna en piraguas. Eduardo, el chico de Turismo, atiende amablemente en el 621253228 y si no, cualquier vecino dará muestras de hospitalidad.
Foto cedida por el Ayuntamiento de Riolobos
Publicado en julio de 2021 y en la revista Planes Plasencia y norte de Extremadura de verano 2021