
El Bañaero es una coqueta zona de baños situada a las afueras de Cuacos de Yuste, a un paso del Monasterio de Yuste que tantas visitantes recibe atraídos por la figura de Carlos V, el Emperador que quiso retirarse del mundanal ruido en estos exuberantes parajes de La Vera.
Al turismo cultural, que de camino al monasterio también hace parada en el cementerio alemán de Yuste, le atraerá también pasear por Cuacos de Yuste, Paisaje Pintoresco desde 1995. Sobresalen la Fuente de los Chorros y la Plaza de Jeromín, donde se sitúa la casa en la que pasó su infancia el hijo que Carlos V tuvo con Bárbara Blomberg y que acabó convirtiéndose en Don Juan de Austria. En el Palacio de Pasarón de la Vera, uno de los escasos ejemplos de arquitectura palaciega del siglo XVI que se conservan en la provincia de Cáceres y que queda a un cuarto de hora en coche, cuentan que vivió su primer gran amor con la bella Magdalena.
El Bañaero de Cuacos de Yuste está a un paso del Mirador de las Ollas
Complemento ideal en verano a una escapada por La Vera son sus 47 gargantas, en una de las cuales se halla El Bañaero, situado a apenas 500 metros de la piscina municipal de Cuacos de Yuste. Se llega por una pista de cemento y solo el nombre atrae. Es un charco natural pequeño, pero coqueto que queda justo al lado de una antigua presa de aceite.
También en Cuacos se puede disfrutar ya de las vistas a las marmitas de gigante que ha dejado al descubierto el Mirador de las Ollas. Basta con dirigirse hacia el cementerio municipal y descender por un puente de madera que salva la pronunciada bajada a la Garganta de Cascarones. La visión de las grandes pozas que ha tallado el agua en las rocas de granito es digna de ver. Recuerda a los famosos Pilones, en la Garganta de los Infiernos, que es otro de las visitas imprescindibles en el norte de Extremadura.
Publicado en julio de 2021