
Arroyomolinos es todo un parque temático de los molinos de agua en la provincia de Cáceres porque no hay uno ni dos ni tres. Son casi 40 en una ruta de doce kilómetros que no podía llamarse de otra manera que la Ruta de los Molinos.
Recorrerla da idea de la intensa actividad industrial que debió tener hasta la llegada de la electricidad este paraje, hoy refugio de senderistas curiosos en busca de tantos molinos juntos. Caso insólito porque de los 40 censados, más de veinte están perfectamente visibles, como destaca la guía que mejor los conoce, Sara Fragoso. Toda una sorpresa en el centro de Extremadura porque los Llanos de Cáceres no hacen pensar en la abundante vegetación que acompaña además a esta ruta por la Sierra de Montánchez.
La Ruta de los Molinos se inicia en Arroyomolinos, a menos de una hora de Cáceres por la A-66, y va serpenteando por la sierra hasta Montánchez. Es una ruta circular de 12 kilómetros, con un tiempo estimado de casi cuatro horas, en la que la vuelta puede ser por el mismo itinerario o por otro que sale de la plaza de Montánchez.

La Ruta de los Molinos sube en zigzag por la Sierra de Montánchez
Como sierra que es tiene pendientes, con un desnivel positivo de 370 metros según la Fexme, pero se recorren sin mayor dificultad porque el sendero va haciendo zigzag.
Además está señalizada desde el inicio, aunque es cierto que en algunos tramos comidos por la maleza apenas se ven las balizas de colores blanco y amarillo. En cuyo caso basta con dejarse guiar por el empedrado que nos han legado los molineros y por el sonido del arroyo, que no se ve hasta lo alto de la garganta, pero que se va escuchando sumándole otro atractivo al camino. Como el hecho de que es ideal para hacer en familia y que las nuevas generaciones conozcan cómo molían la harina los antiguos hasta el punto de que fue una industria clave en los pueblos hasta principios del siglo XIX.
La Sorpresa de Arroyomolinos que une a España y Portugal
La ruta se inicia en lo alto de Arroyomolinos, en la calle Altozanos, donde un panel deja constancia del hecho histórico que vivió el pueblo en 1811, la victoria de los aliados sobre el ejército de Napoleón en la Guerra de la Independencia. En octubre se rememora con una fiesta de recreación histórica llamada la Sorpresa de Arroyomolinos que vuelve a unir a españoles, portugueses e ingleses.
Una ruta de valor etnológico y medioambiental
Los primeros molinos aparecen enseguida, pasado un merendero de piedra y la curiosa Piedra Hincada, que está señalizada a la derecha en un terreno privado. La primera gran acequia que se ve con su cubo y charca, se ha convertido en una atalaya de Arroyomolinos donde los caminantes cumplen con el ritual de tomar fotos.

A partir de este momento no dejan de aparecer molinos y no mucho más arriba incluso se pueden ver varios en fila a lo largo de la sierra. Uno de los cuales conserva el cuarto de molienda como refugio con tres piedras de molino en la puerta. Alguno se puede visitar pidiendo cita previa en el ayuntamiento.
La mayoría de los molinos son del siglo XIX aunque los hay también de origen árabe, como prueba que algunos de los cubos tienen forma redondeada y que se han hallado alquerques labrados en sus muros. Es el llamado juego de los molinos, el antecedente árabe de las damas en el que se entretenían los molineros mientras llegaba el agua.
Molinos de Arroyomolinos Patrimonio Unesco y de modelo sostenible del agua
La estructura de los molinos es siempre la misma, con torres del pozo que parecen más las de una muralla. Con tres o cuatro metros de altura, recibían el agua de lo más alto. La Charca de la Suelta la llamaban porque los molineros, en un alarde de uso sostenible del agua como se puso de modelo en la Expo de Zaragoza de 2008, se ponían de acuerdo para moler a la vez al grito de agua va. La presión del agua movía las piedras molineras que deshacían el grano.
En Arroyomolinos vive el último molinero, el señor Juan Pérez de 90 años, testigo de una actividad que ha permitido mantener el singular empedrado de los senderos que hoy facilita el camino. Aunque por tramos haya que abrirse paso entre arbustos, maleza y zarzas.

Es uno de los tesoros de la comarca de Montánchez-Tamuja. Pero no solo como Bien de Interés Cultural que son en la categoría de Interés Etnológico, sino porque se hallan en la exclusiva lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco porque sus muros están fabricados con la técnica de la piedra seca.
Destacan también las vistas que se tienen del Mejor Cementerio de España 2012 nada más atravesar un sorprendente castañar en su tramo final, lo que invita a hacer un alto en el camino para visitar el camposanto y para saborear el célebre jamón de Montánchez en un ambiente de lo más turístico.
Léelo en portugués / Ler em português: Arroyomolinos, o parque temáticos dos moinhos de água
Publicado en mayo de 2021
@Planveando Comunicaciones SL