La Plaza de Santiago es un rincón cargado de vida por el que da gusto pasear. En este punto se pueden encontrar tiendas para llevarse un recuerdo típico de Trujillo, además de cafeterías, hoteles y restaurantes. Está situada en plena parte antigua y guarda dos lugares que merece la pena contemplar y visitar, son la Puerta y la Iglesia de Santiago.
Una iglesia – museo que esconde una leyenda
La Iglesia de Santiago es el primer edificio que destaca en esta plaza. Actualmente está desacralizada y es un Museo Municipal. Fue construida a finales del siglo XII sobre los restos de una antigua parroquia cuando las órdenes de Santiago y Pereiro habitaban y defendían Trujillo. En esta época la plaza se utilizó como mercado de la lonja del templo y como espacio de reunión para el Concejo.
La iglesia fue ampliamente reformada en el siglo XVII logrando la apariencia que tiene actualmente. Desde el exterior parece un edificio sencillo, pero al rodearla llama la atención su antigua torre y su puerta norte que está construida sobre un arco apuntado decorado con putas de diamante.
Su interior es bastante amplio y sus elementos arquitectónicos tienen todo tipo de ornamentos. La iglesia tiene tres naves y es de estilo románico, aunque paseando entre sus columnas aparecen altares, enterramientos y capillas de estilos gótico y renacentista.
Uno de los grandes atractivos de esta iglesia es el Cristo de las Aguas, un crucificado muy venerado en Trujillo. La tradición dice que durante la Edad Media hubo una época de gran sequía que preocupaba a toda la población. La desesperación por la falta de agua llegó a tal punto que se buscó una solución milagrosa. Por aclamación popular se decidió sacar a este cristo en procesión para pedirle que terminara con la sequía. Días después comenzó una larga temporada de lluvias que devolvió la tranquilidad al pueblo.
Puerta de Santiago, un punto de peregrinación
Esta puerta formada por dos grandes torres, y desde hace siglos es uno de los centros neurálgicos de la ciudad. En su momento también fue conocida como Puerta del Sol. Desde ese punto partían los caminos de Toledo y Córdoba y los peregrinos que caminaban hasta Santiago desde el sur pasaban por esta puerta.
La puerta de Santiago también fue uno de los accesos a la antigua zona amurallada de Trujillo. Su parte derecha está adosada al Alcázar de los Chaves y su parte izquierda a la Iglesia de Santiago. Al contemplarla llaman la atención los sillares de piedra que sostienen su arco de medio punto y los escudos de los Reyes Católicos y de la familia Altamirano.
Uno de los enigmas que esconde la Puerta de Santiago es la cruz que hay grabada en piedra en su parte interior. Se cree que fue una marca que dejó el rey Fernando III el Santo cuando reconquistó Trujillo en 1232.
Caminar por debajo de esta antigua puerta es toda una experiencia, sobre todo si se hace al atardecer cuando los últimos rayos del sol se filtran por su gran arco. Se trata de un sitio emblemático por el que pasar para llegar a la Plaza de Santiago o a la Cuesta de la Sangre.
Publicado el 1 de abril de 2021
©Carlos Díaz/Planveando Comunicaciones SL