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Sabia urdimbre

Quizá lo que más sorprende de La sangre de la aurora, la novela – publicada en España por la editorial Malas Tierras- con la que la escritora peruana Claudia Salazar Jiménez ganó en 2014 el Premio Las Américas a la mejor obra de ficción publicada en español (imponiéndose nada menos que a los escritores Rita Indiana, Yuri Herrera y Juan Cárdenas), es que, en apenas ciento cuarenta páginas, quepan tantas cosas, que ese volumen tan fino dé sensación de novela total. El libro cuenta la historia de tres mujeres, una campesina, una periodista y una profesora metida a guerrillera, en el llamado “tiempo del miedo”, el período más cruento de la guerra entre Sendero Luminoso y el Estado peruano, y si consigue que el lector, al terminar, tenga la sensación de saber, sobre ese tiempo y sobre esas tres mujeres, mucho más de lo que le han contado, es gracias a una inteligente y meticulosa dosificación del material narrativo, que la autora distribuye en fragmentos breves que a menudo se suceden como fogonazos dejándonos un fuerte impacto en el cerebro y la retina, pero también a su dominio del lenguaje, que se hace evidente de manera especial (aparte de en la gran cantidad de registros y de voces que emplea) en determinados pasajes que salpican la novela y en los que, sin atender a la sintaxis y prescindiendo de toda puntuación, yuxtapone sustantivos, adjetivos, onomatopeyas y frases breves con rapidez, sin aparente orden ni concierto, pero con una fuerza poderosa, casi lírica, con la que logra desplegar delante de nuestros ojos desde el horror del ataque despiadado a una aldea hasta el psicodélico frenesí de una noche de discoteca en la capital. Pero La sangre de la aurora no es un mero alarde literario, es un potente artefacto narrativo con el que Claudia Salazar logra contarnos, a través de una serie de episodios bélicos escogidos (la toma de una aldea por los insurgentes, su reconquista por el ejército, la detención de parte de la cúpula de la guerrilla y su posterior tortura) y de momentos de sangre y horror sabiamente -también- dosificados, todo el horror de muchos años de lucha armada, pero también la deriva de otros conflictos similares en los que la búsqueda de la utopía acabó desembocando en el terror y en la muerte, un artefacto con el que yo diría que logra también, a través de las historias entrecruzadas de esas tres mujeres enredadas en un mismo proceso revolucionario (en el que tanta importancia tuvo, por cierto, el papel de la mujer, como subraya una serie de interesantes citas marxistas repartidas a lo largo de la narración) contarnos la entera historia de las mujeres. Una pequeña joya pues, un sabio y rico concentrado de novela cuya lectura (estoy convencido) no les dejará indiferentes.

Ecotahona del Ambroz

 

La sangre de la aurora

Claudia Salazar Jiménez

Malas Tierras

12,50 euros

Publicado el 8 de enero de 2021

Texto de Juan Ramón Santos para su columna Con VE de libro

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