Plasencia es ciudad para el deporte. Fantásticos espacios al aire libre e instalaciones municipales y privadas se lo ponen fácil a cantidad de aficionados de todas las edades.
Las protagonistas de este reportaje, que también puedes leer en la revista Planes Plasencia 16, están entre ellos. Caras del deporte aficionado en Plasencia con nombre de mujer, que son una buena muestra del espíritu deportivo de una ciudad que recibió en 2016 la Real Orden al Mérito Deportivo del Consejo Superior de Deportes.
Maribel y Rocío, veteranas del running
Maribel Rodríguez y Rocío Iglesias (en la foto de cabecera) son dos de las primeras mujeres que empezaron a correr en Plasencia. Cuando solo lo hacían hombres.
Son dos auténticas veteranas del running y siguen al pie del cañón pasados los 50 años, con entrenamientos semanales. En el caso de Maribel, además, al frente Atletas Populares de Plasencia que suma cerca de 70 corredores.
La presidenta del club placentino empezó a correr con 29 años. Dejó de fumar, superó el reto de subir corriendo a las antenas de Santa Bárbara con Antonio Jiménez Galán, otro veterano del running en Plasencia, y empezó a sentirse tan bien que no ha parado.
“Pensé que no lo iba a conseguir”, recuerda.
Vinieron después muchas carreras. Y las que quedan por llegar. La Asperillas de montaña del Valle del Jerte está entre sus favoritas. De hecho, excepto la primera edición ha corrido el resto de ediciones y en la décima que se celebró en 2018 su imagen fue cartel por ser la única mujer que las había corrido todas seguidas. También la Media Maratón de Plasencia que organiza el club que preside. Aunque en este caso la vive desde fuera.
Rocío se inició en este deporte cuando con 36 años tuvo problemas de salud y junto con una compañera de trabajo, Concha Rábano, se animaron a los primeros trotes. Tanto le enganchó, que se atrevió incluso a participar en varias ediciones de la dura prueba de resistencia No Stop que durante años organizó Jesús Muñoz, el presidente de El Bordón.
Estas dos mujeres comparten la pasión por correr y también profesión en el ámbito de la sanidad, Maribel como enfermera y Rocío como auxiliar. La primera prefiere la carrera técnica por montaña y la segunda el asfalto. Entrenan entre tres y cuatro días a la semana, entre 10 y 12 kilómetros en cada salida. Un ejercicio que les sirve no solo para estar en una estupenda forma física sino también para relajarse, pensar, escuchar música o gestionar problemas.
Como veteranas, a la hora de dar consejos a quienes se inician en este mundo lo tienen claro: empezar a correr despacio y una vez que se empieza, mantener una continuidad.
Isa Lanero y el tercer tiempo del rugby
En rugby existe una tradición que se llama el tercer tiempo. Consiste en que terminados los dos tiempos de cada partido los equipos que se han enfrentado en el campo de juego toman algo juntos. Eso es lo que le gusta a Isa Lanero del rugby, los valores como la amistad, compañerismo y respeto entre contrincantes. “Somos una gran familia en la que todos valemos para todos”, apunta.
Isa encontró su deporte en el rugby, a pesar de que no fue amor a primera vista, igual que antes le había pasado con el fútbol. Pero al final le enganchó ese balón ovalado. 
Tiene 33 años, trabaja en una tienda de tatuajes y juega con el Plasencia Rugby Club, que no tiene liga y con el Salamanca Rugby Club Charrolesa, que sí la tiene. En la ciudad del Jerte entrena con su equipo en el campo de arena de La Isla en pretemporada y en la Ciudad Deportiva. Mantiene la forma, además, saliendo a correr por el acerado de la circunvalación.
Rosa Garzón y la caballeresca esgrima
A Rosa Garzón le llamaba la atención la esgrima desde pequeña. “Pero había pocos sitios para practicarla y los forofos tampoco éramos muchos”, cuenta. Así que no vio mejor opción que ponerse manos a la obra y a partir de un curso de la Universidad Popular, fundar la Sala de Armas Plasencia, asociación que preside. Es además vicepresidenta de la Escuela de Esgrima Acero de Cáceres.
La Sala de Armas está en el colegio La Salle, donde durante el curso escolar se les puede encontrar martes y jueves de 17.00 a 21.00 horas, también en julio. Practican esgrima deportiva y el objetivo es incorporar la clásica y antigua.
Tienen niños desde seis años hasta adultos sin límite de edad, aficionados a tan elegante y técnico deporte que, además, reporta beneficios a todos los niveles.
“Mejora la coordinación y el equilibrio. Fomenta valores como la disciplina, el respeto y el compañerismo”, dice Rosa, que recuerda cómo se condensa todo eso en el bonito “saludo caballeresco épico y clásico de los siglos XVII y XVIII, al contricante, al árbitro y al público”.
Torneos, pruebas, exhibiciones y muestras solidarias forman parte del día a día de estos amantes de la esgrima que, además, promocionan su afición con promociones por los colegios de Plasencia y las comarcas.
Andrea García, como pez en el agua
Apenas descansa esta esbelta nadadora placentina. Su despertador suena a las cinco y media de la mañana en el Centro de Alto Rendimiento de Cáceres donde vive Andrea García Santos, que antes de desayunar se mete en el agua para entrenar hasta las ocho.
Tras el instituto y la comida, de cuatro a siete de la tarde vuelve a ponerse el bañador para entrenar en el agua y una hora en el gimnasio. Desde fuera da vértigo. Ella asegura que “cuando ves los resultados te das cuenta de que todo este esfuerzo merece la pena”.
El sueño de esta joven de 16 años es llegar a ser olímpica. Entró en el Club Natación Plasencia con seis años y desde entonces no ha dejado de dar brazadas. No se libra de entrenar ni siquiera los fines de semana que viene a pasarlos a Plasencia, a casa. La verdad es que con el gorro de silicona se siente como pez en el agua.
Publicado en julio de 2020
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