En 1564, siendo el día 15 de diciembre, el cura párroco del pueblo, Francisco Quixada, que hoy se rotula como Ahigal, por mandato de la autoridad competente, entrevistó al vecino Francisco Esteban, de 64 años de edad, al objeto de dar cumplimiento a la Memoria o Interrogatorio mandado hacer por el rey Felipe II. En estas Relaciones Topográficas, que así han pasado a llamarse, el testigo entrevistado responde de esta manera en el inicio del Interrogatorio: A la primera dixo queste pueblo se llama La Higal y no sabe que se aya llamado de otra manera ni nombre i por qué se llama La Higal. queste testigo no lo sabe y queste es el más antiguo pueblo que los que ay por aquí y ansí lo a oydo decir.

Ahigal es conocido más que de sobra en todo el norte de la provincia cacereña y zona meridional de la demarcación salmantina por su tradicional mercado dominical, que asciende a la localidad a convertirse en un cosmopolita núcleo, visitado por cientos de personas todos los domingos, que aparte de darse una vuelta por el grandioso y concurridísimo mercado, aprovechan para probar los buenos caldos, como el ya reconocido Valdelapiedra, y los cuantiosos y sabrosos aperitivos que les acompañan.  Ahigal es una efervescencia fraternal en tales jornadas, donde se compadrea, se comadrea y se reafirman amistades y otros vínculos comarcales.  Lamentablemente, ahora, a causa del mil veces maldito coronavirus, la gente se retrae y se ha perdido parte de la alegría festiva y ferial que caracterizaban a estos coloristas domingos.  Es de esperar que esta crisis sanitaria se resuelva lo antes posible y todo vuelva a ser como fue siempre.  Por suerte, la incidencia pandémica no ha tenido apenas repercusión en estas comarcas, pero el miedo siempre guarda la viña, máxime en estos meses veraniegos, cuando los pueblos multiplican sus habitantes y se relajan ciertas limitaciones que son imprescindibles para atajar al diabólico virus.

Revista Ahigal

Cierto es que Ahigal siempre ha sido el faro cultural de toda la comarca de Tierras de Granadilla.  No hay un solo municipio, entre los 15 que conforma la Mancomunidad, que desarrolle tantas actividades socioculturales como esta localidad.  La Agrupación Amigos de Ahigal, en cuyo escudo aparece un verraco de piedra (símbolo del pueblo prerromano de los vetones) y un muru (chozo pastoril redondeado, a piedra seca y con falsa cúpula), es la encargada, entre otras muchas cosas, de publicar una revista en la que los protagonistas son los hijos del pueblo.  La directora es la maestra Justa Paniagua Cáceres, y el consejo de dirección lo forman Gonzalo Domínguez Panadero, Herminia Lino Antúnez y José María Domínguez Moreno.  Ni que decir tiene que todo el que quiera conocer a fondo la historia, la geografía, las fiestas, la artesanía, las costumbres y cualquier otro aspecto que tenga que ver con la intrahistoria de la población y, por extensión, con la comarca de Tierras de Granadilla, deberá echar mano de esta publicación.  En estos días, se han repartido dos números: el 81, que, debido a la pandemia, no pudo distribuirse a su debido tiempo, y el 82, que corresponde al período julio-septiembre 2020.

Hablar de su contenido nos llevaría muchos folios.  Contentémonos con citar las plumas que han plasmado artículos de la más diversa índole, pero que, prácticamente en su totalidad, giran en torno a la Cultura Tradicional de Ahigal y su entorno, aspectos históricos, entrevistas varias, gastronomías, noticiario local y comarcal, sección poética o humor gráfico.

Aparte de sus correspondientes editoriales, escriben Elena Paniagua Cáceres, Herminia Lino Antúnez, Antonio Gil Paniagua, Pedro García Gordo, M. Asunción García García, José María Domínguez Moreno, Antonio Casasola Benítez, Petry Becedas, María Jesús Domínguez Plata, Maribel García Paniagua, José María García Plata, Maximina Gómez, Moisés Navarro Fdez., Nicolás Rodríguez Santos y Crispín García Paule.  Este último, que no ha dejado de colaborar en un solo número, es todo un autodidacta literato, tanto en prosa como en poesía.  Aparte es muy activo en las redes sociales, donde publica por entregas una serie muy emotiva y pegada al terreno, que tiene encandiladas a cientos de personas. Al parecer, todos estos capítulos se convertirán en un próximo libro.  Generalmente, todas sus colaboraciones tienen mucho que ver con las alegrías y angustias de su pueblo y comarca.  Pero, en el número 81, nos ha sorprendido con un dolorido, precioso y conseguido poema sobre el terrible asesinato del tantas veces llorado Federico García Lorca, asesinado por las hordas franco-fascistas el 18 de agosto, efemérides de Santa Marina, de 1936.  Crispín, además, ha montado un museo etnográfico, digno de visitar, en el pueblo de Ahigal.

La revista, la única que se edita en toda la comarca, se hace eco, igualmente, del Certamen Poético Nacional Exaltación al olivo, organizado por la Agrupación Cultural Amigos de Ahigal, con la colaboración del Ayuntamiento de dicho pueblo y la Cooperativa Agraria de Segundo Grado La Granadilla.  Se hace constar que la revista ve la luz gracias también a la contribución del citado Ayuntamiento, debido al especial interés del alcalde de Ahigal, Luis Fernando García Nicolás, y de Maribel García Paniagua, concejala de Cultura.

Imagen superior:  Maribel García Paniagua, concejala de Cultura del Ayuntamiento de Ahigal, con los dos últimos ejemplares de la REVISTA CULTURAL.  (Foto: “La que no quiso dar su nombre”)

Texto de Félix Barroso para su columna A Cuerpo Gentil. Las opiniones y fotografías publicadas en esta columna son responsabilidad de su autor

Publicado el 24 de julio de 2020