En abril de 2016 se reunían, por parte cacereña, diversos alcaldes pertenecientes a las comarcas de Valle del Alagón, Las Hurdes y Tierras de Granadilla (de esta comarca solamente el de la villa de Santacruz de Paniagua), junto con otros de la comarca salmantina de la Sierra de Francia. Su afán era recuperar un supuesto y antiguo camino que, partiendo de la villa de Galisteo, ascendía hasta la legendaria Peña de Francia, donde, según nos refería Eusebio Martín Domínguez, Tíu Sebiu del Gahcu, el que fuera salvaguarda y celador de la inmensa cultura oral y del derecho consuetudinario de Las Hurdes, tuvun allí el su palaciu y el tempru suyu la diosa Anjana y el su maríu, qu,era el dióh Ancosu. Esu, cumu contaban loh antíguh, jué allá pol loh tiémpuh del rey Batuecu, qu,era el que tenía mandu sobri loh rucónih, qu,eran luh antepasáuh nuéhtruh y tenía la capital en la ciudá d,Ébura, que luh enemíguh le dierun d,ardé pol luh cuátru cohtáuh y queó negra cumu una acetuna.
Los alcaldes de tales pueblos (Galisteo, Montehermoso, Aceituna, Santacruz de Paniagua, Casar de Palomero, Caminomorisco, Herguijuela de la Sierra, La Alberca y El Cabaco) pretendían poner en valor la mencionada vía que, al decir de ellos, enlazaba históricamente con el Camino de Santiago (entendemos que sería con uno de ellos, pues había varios). Y de paso, poner en valor todo lo que hubiera de interés ecológico, paisajístico y antropológico a lo largo de tal senda. En el encuentro estuvieron presentes diverso personal técnico de las Diputaciones de Salamanca y Cáceres. A raíz de esta toma de contactos, se dio en llamar a esa vía como Camino Hurdano o Camino de los tamborileros, de unos 70 kilómetros de recorrido. Seguro que hubiera quedado mejor, en un área lingüística que le debe mucho al habla astur-leonesa: Caminu Jurdanu o Caminu de luh Tamboriléruh, máxime cuando, hace poco, el Consejo de Europa ha reconocido como Lengua Minoritaria al Estremeñu (con s aspirada, no con x).
El pasado día 8 de junio, Álvaro Sánchez Cotrina, diputado de Reto Demográfico, Desarrollo Sostenible, Juventud y Turismo de la Diputación Provincial de Cáceres, mantuvo una reunión telemática con los alcaldes cacereños implicados en la mentada ruta. Álvaro informó acerca de los trabajos que se están llevando a cabo, dentro del Programa Operativo de Cooperación Transfronteriza Interreg V-A España-Portugal 2014-2020. Se puso sobre el tapete temas relacionados con la interpretación, señalización y ambientación de este supuesto, imaginario o apócrifo camino que, mediante un ficticio trazado, comunicaba los referidos pueblos con Santiago de Compostela, sacándose, así, de la manga una nueva ruta de peregrinos.
Es más que sabido que los antiguos ramales que conforman la tela de araña de los históricos caminos de Santiago echan a andar en el siglo IX, que es cuando se genera todo un entusiasmo romeriego en torno a la tumba del apóstol Santiago el Mayor, también conocido como Jacobo o Santiago de Zebedeo. Y tales derroteros hacia Santiago de Galicia aprovechan las antiguas calzadas romanas, viejos caminos medievales y las antañonas vías pecuarias. Algunos de estos caminos adquirieron notable notoriedad, aunque la ironía del refranero los sancione no con buenas maneras: El Camino Francés, donde dan gato por res. El Camino de la Plata, hospital del peregrino: poco pan y menos vino (los hospitales de peregrinos de la Edad Media son los antecesores de los actuales albergues). Camino de Santiago, tanto anda el cojo como el sano, y si sigue la cojera, en vez de bordón, muleta.
La Historia es la que es
El epígrafe que acompaña a esta publicación lo hemos puesto, a propio intento, en letra cursiva. La razón es muy sencilla: después de consultar infinidad de cartapacios y bibliografía sobre las antiguas vías, no hemos hallado senda alguna, vinculada al Camino de Santiago, que siguiera el trazado Galisteo-Peña de Francia. Ni jamás oímos, en nuestros trabajos de campo, mentar un camino que atravesara la comarca jurdana de sur a norte con la intención de continuar sus pasos hacia la tumba del Apóstol. El celebrado investigador Gervasio Velo y Nieto, en su libro Coria, Reconquista de la Alta Extremadura (Cáceres, 1956), contempla como camino más cercano a la referida ruta, con gran antigüedad probada, el que, arrancando del puente romano de Alconétar, ascendia hacia Galisteo y Granada (la actual villa despoblada de Granadilla, junto al embalse de Gabriel y Galán) e, intrincándose en la parte más oriental de Las Hurdes, se internaba en la comarca de Sierra de Francia (Salamanca), coincidiendo, más o menos, con la antigua calzada de la Guinea o Equinea. Concretamente, los jurdanos solo consideraron, a tenor de las voces antiguas, como camino real, dentro de su comarca, el llamado Caminumuríhcu (El Camino del Morisco), que atraviesa la zona del poniente al saliente y que dio lugar al cambio del topónimo del pueblo de Las Calabazas por el de Caminomorisco ya bien entrado el siglo XX. Sobre este antiquísimo camino, cuya historia no viene a cuento ahora, se trazó la actual comarcal EX204.
La Historia es la que es y no se pueden mezclar las churras con las merinas, dicha sea con todo el cariño y respeto hacia esos alcaldes, a algunos de los cuales me une gran amistad, que, con las mejores intenciones del mundo, pretenden vertebrar una ruta para el desarrollo integral de sus respectivos pueblos. Villas, lugares y aldeas con enjundioso pasado histórico-arqueológico y con interesante y atractiva cultura tradicional en todas sus vertientes y que no se puede despachar con cuatro parrafadas y adscribiéndoles procedencias del norte, del sur, del este o del oeste. El asunto es mucho más complejo.
Pero puestos a ello y, en tanto y cuanto que también se pretende ligar esa nueva ruta, que es así como hay que considerarla, con los territorios que por estas latitudes estaban bajo la órbita de la Orden de Santiago, se dejen fuera de ella a pueblos tan emblemáticos como Marchagaz o Santibáñez el Bajo. Estas dos localidades, limítrofes a la ruta elaborada, tienen puestas bajo la advocación de Santiago Apóstol a sus iglesias parroquiales, conservando, bien fuere insculpidas en púlpitos o en otras sillerías, o pintadas en añosas tablas, las características cruces y conchas de peregrino pertenecientes a tal Orden Militar, que naciera allá por el siglo XII. Este importante hecho de que las iglesias parroquiales de los dos citados pueblos están puestas bajo la advocación de Santiago, es toda una clave histórico-religiosa, muy digna de tener en cuenta, máxime cuando ninguna de las villas, lugares y pedanías de la presunta ruta tiene un solo templo, sea iglesia o ermita, que lleve el nombre del citado apóstol. Sinceramente, apoyamos y aplaudimos la creación de esa ruta, pero respeten los procesos históricos y deslíguenla de cualquier ruta jacobea. Consideramos, pues, que, antes de reescribir la Historia y mantener espurios postulados, es preciso que los mentores de tal proyecto se lo piensen dos veces, a fin de evitar que plumas con más peso y más prestigiosas tengan que enmendarles, más pronto que tarde, la plana.
Imagen superior: La enigmática ruta atravesaría gran parte del término del pueblo jurdano de Caminomorisco. En la imagen, al fondo, la alquería de Cambrón. (Foto: Vicente Martín Martín)
Texto de Félix Barroso para su columna A Cuerpo Gentil. Las opiniones e imágenes publicadas en esta columna son responsabilidad de su autor.
Publicado el 15 de junio de 2020