Lo han dicho poetas y filósofos, que lo importante es el viaje y no el sitio de llegada. Aunque a veces, las mejores, tanto el viaje como la llegada son una recompensa.
Eso pasa cuando alguien decide visitar Granadilla, al norte de Extremadura. Allí solo te lleva el deseo, no es el azar ni una equivocación de carreteras. Granadilla es un pueblo solo y altivo en medio de una península y el viaje hasta allí es de película.
Granadilla merece su fama de lugar hermoso, cargado de nostalgias, con su castillo elevado, sus bonitas vistas, su plaza y sus casas sin techos que se desperdigan por las calles vacías.
Hasta Granadilla nos llevó Almodóvar en su película Átame y a la torre del castillo subieron Victoria Abril y Antonio Banderas y se dejaron ver con el embalse de Gabriel y Galán como fondo. La película termina con la pareja, y Loles León, recorriendo la única carretera mientras cantan Resistiré. Esa carretera es un viaje del que no debes perder detalle.
La carretera entre Zarza de Granadilla y Granadilla
Son 11 kilómetros los que separan Zarza de Granadilla de Granadilla, kilómetros sobre una carretera que en este momento se encuentra en perfecto estado para disfrutarla. Es estrecha y hay que ir a poca velocidad, lo que es una suerte porque permite admirar el enorme bosque que se apodera del entorno. Allí viven venados, jabalíes, linces y millones de pájaros, a veces se ven, a veces se presienten. Aquello está lleno de vida, aunque el viento solo te permita escuchar las ramas de los árboles tocándose unas a otras.
A través de los millones de árboles y jaras que rodean la carretera se asoma el agua del pantano que lo circunda todo, el agua que a veces es oscura y profunda contra el cielo azul y a veces se llena de franjas plateadas dibujadas por el sol. Desde algunos recodos puede verse al bosque extendiéndose en lomas redondas y verdes, una tras otras, como un inmenso mar, un mar verde, de olas enormes.
Así que quien quiera descubrir Granadilla, tiene antes que hacer un viaje lleno de sensaciones y paisajes por esta carretera de película.
Granadilla
Un viaje a Granadilla, un pueblo medieval que perdió sus habitantes a mediados del siglo XX, aunque siglos antes también perdió su nombre. Sí, porque Granadilla originalmente se llamaba Granada, pero cuando la ciudad andaluza fue reconquistada, colocaron el diminutivo a su nombre, aunque siguió llena de vida, hasta que el inmenso embalse de Gabriel y Galán ahogó su futuro y amenazó con inundarla toda. No llegaron las aguas a sus murallas, pero sí a las tierras de labranza y su gente tuvo que irse de sus casas y poblar lugares vecinos o más allá, a Madrid, a Barcelona, a tantos lugares.
Durante algunos años, las zarzas y los matorrales se hicieron dueños de Granadilla. Hasta que en 1980 se convirtió en Conjunto Histórico Artístico y volvió a salvarse de una inundación. Ahora Granadilla no solo se encuentra altiva con su corona de agua dulce, sino que también da nombre a la comarca Trasierra-Tierras de Granadilla.
Vuelven los hijos a Granadilla
Los que abandonaron sus casas se llevaron tantos recuerdos que supieron también multiplicarlos. Cada 15 de agosto y cada 1 de noviembre, Granadilla vuelve a llenarse de gente y de nostalgias, porque esos días no son los turistas los que recorren sus rincones. Los que se asoman a las casas vacías, los que se sientan en los bancos de la plaza son aquellos niños que una vez corrieron sobre esas mismas piedras de las calles y de la plaza. Son esos niños y son sus hijos y son sus nietos los que atesoran los recuerdos de muchos que ya no están.
Granadilla es ahora un lugar de visita que cada día cierra sus puertas al atardecer. Para avisar a los turistas que el sitio va a cerrar, los encargados tocan una enorme campana cuyo sonido rebota en cada piedra y se extiende por todo el pueblo. Granadilla cada noche vuelve a estar sola, salvo en los meses de verano, cuando acuden decenas de jóvenes a darle vida a varias de sus casas, dentro de los programas de rescate de la localidad.
Visitar Granadilla
De martes a domingo. De abril a octubre: de 10.00 a 13.30 y de 16.00 a 20.00 horas. De noviembre a marzo: de 10.00 a 13.30 y de 16.00 a 18.00 horas.
Entrada gratuita
Distancias:
Desde Plasencia, 42 km
Desde Baños de Montemayor, 28 km
Publicado el 3 de marzo de 2020
4 comentarios
La hora de cierre por las mañanas no es a las 13,00 si no a las 13,30.
Muchas gracias por la aclaración. Saludos.
Ya estuve en su día.
Yo he estado muchas veces porque es una de mis rutas en bici y la verdad es que no me canso de verla.