Actualización al 29/11/2020: La participación de la ‘Corrobra Estampas Jurdanas’, representando a la comarca de Las Hurdes y, por extensión, a toda Extremadura, en el Festival de ‘Mascararte’,en la ciudad portuguesa de Bragança, que debería celebrarse este próximo sábado, día 30 de noviembre, y del que se da cuenta en esta crónica, ha sido suspendido por el temporal de lluvias que se prevee en tod la región de Tras-Os-Montes, cuya capital es la citada ciudad. Queda aplazado hasta el sábado, 15 de febrero de 2020.
Al hablar de Antonio Pinelo Tiza, hay que quitarse el sombrero. Y nos lo quitamos, al menos, los que llevamos muchos lustros bregando con la Corrobra Estampas Jurdanas, pues Antonio es nuestro gran valedor y mecenas. Vino al mundo en la aldea portuguesa de Varge, inmediata a la ciudad de Bragança, de la que dijo el buen amigo Julio Alonso Llamazares, celebrado escritor, que fue una pequeña ciudad medieval, temerosa de Dios y de sus reyes y que despertará del sueño de la noche, que de su larga noche de reyes y de batallas no despertará ya nunca por más que lo quisieran sus habitantes (Tràs-os-Montes, un viaje portugués, 1998) Nuestro camarada Antonio seguro que es el investigador más preclaro y destacado, en todo lo relacionado con la Cultura Tradicional-Popular, del norte de Portugal y de otras comarcas del antiguo reino de León.
Alma máter de la Máscara Ibérica, se doctoró en Valladolid (Facultad de Educación y Trabajo Social) con la tesis El Conocimiento mutuo de las tradiciones etnográficas en la educación española y portuguesa, obteniendo el sobresaliente cum laude. Presidente de la Junta de la Academia Ibérica de Máscaras y Vicepresidente de la Academia de Letras de Tràs-os-Montes. Promotor del Museo de Bragança. Profesor. Varios libros en su haber y docenas de artículos en numerosas revistas.
Y de la mano de Antonio Pinelo, la Corrobra Estampas Jurdanas, en representación de toda la comarca natural de Las Hurdes, se encaminará el próximo 30 de noviembre hacia la ciudad de Bragança, donde tiene lugar la IX edición de Mascararte-Bienal de la Máscara, un conocido evento que fue puesto en pie por el municipio brigantino para divulgar la importancia folklórica y socioantropológica de los festivales de enmascarados y todos los ritos que llevan añadidos. Mascararte es toda una manifestación de la identidad ibérica, alejada de todo sesgo etnocentrista, que pone en valor este tipo de fiestas, incardinadas dentro del ciclo invernal y con un arcaísmo que se diluye entre las nebulosas de pretéritos tiempos. En su organización, está implicada fundamentalmente la Cámara Municipal de Bragança, como capital de la región de Tras-os-Montes; la Academia Ibérica de la Máscara, el Instituto Politécnico de dicha ciudad, la Agrupación de Escuelas, la Asociación de Caretos y la embajada de Mozambique en Portugal.
En el heterodoxo desfile que se celebrará el día 30 de noviembre por la tarde, aparte de los grupos de máscaras o caretos que se darán cita en Bragança venidos de diferentes pueblos portugueses y comarcas del antiguo reino de León del área española, destacarán los enmascarados de Makonde, con sus máscaras talladas en madera y que porta gente perteneciente a un grupo étnico asentado al norte de Mozambique, que también se acompañarán con danzas y otras ceremonias. El momento culmen del desfile llegará con la Queima do Mascareto, que se llevará a cabo en el altivo castillo de Bragança, el que levantara, en 1187, el rey Sancho I de Portugal.
La Malgüehtria
La Corrobra Estampas Jurdanas pondrá en movimiento por el casco histórico de Bragança los rituales de La Malgüehtria o Genti de Muerti, denominados también en algunos otros valles jurdanos como la Pruseción de lah ánimah. De acuerdo con los relatos recogidos en Las Hurdes, se ha podido reconstruir todo este cortejo ultratúmbico, tan emparentado con el mundo de los psicopompos o guías encargados de conducir, según las viejas creencias, a los muertos a sus diferentes destinos. Todos apunta, como bien evidencia la antropóloga e investigadora Israel J. Espino, de la que nos honra su amistad, que estas mitologías jurdanas guardan enormes semejanzas con la Cacería Salvaje, propia de la cultura legendaria nórdica o germana. Se pueden entrever en los relatos recolectados rasgos del mundo indoeuropeo e incluso preindoeuropeo, asociados a otras manifestaciones antropológicas muy complejas y difícil de radiografiar.
Bajo los sones de los tamboriles y las gaitas, los cencerros y otros instrumentos pastoriles, los integrantes de La Malgüehtria, armados con sus jórcah de palu y viéjah guáñah (horcas de palo y viejas guadañas), van emitiendo desgarradores rejínchuh y acuquéuh (gritos guturales, desafiantes y guerreros), o lanzando lamentos que desgarran la cúpula celeste. La comitiva la encabeza la Ehtantigua de la calavera, marchando detrás los que portan en unas destartaladas parihuelas El Sangruju, un muñecón sanguinolento y horrible que representa el doble o el ánima del muerto y al que han raptado del lecho mortuorio para llevarlo a los desiertos de El Tenebrón, vigilados día y noche por el feroz y despiadado perro Bigardu. A su vera, avanza El Machunu o Zánganu, una especie de brujo que va tocando un tamboril de corcho. Y, luego, continúan toda una serie de Penáuh, los cuales, van bailando y brincando y aterrorizan a todo el que se les atraviesa en su camino con sus terribles máscaras, amenazándoles con pincharles con sus horcas de palo o segarles los pies con sus guadañas. Se entiende que el público que se amontona en las aceras son cómplices de las Lucerínah, una especie de hadas o ángeles blancos, transparentes y relucientes, de sexo claramente femenino, que pretenden asaltar al cortejo y llevarse al Sangruju a los confines donde rigen los destinos la diosa Anjalma y el dios Ancosu.
Con este bautismo de fuego en la IX edición de Mascararte, se abordará la entrada de la comarca de Las Hurdes en la candidatura conjunta que se presentará ante la UNESCO, a fin de conseguir su inclusión en el listado de patrimonios mundiales. En dicha candidatura conjunta, ya figuran la zona portuguesa de Tras-os-Montes y otras comarcas de Zamora y Salamanca, en donde la máscara es parte esencial de las indumentarias que portan los que representan los atávicos y remotos rituales del mundo legendario de sus respectivos territorios.
Imagen superior: Tamborileros jurdanos con la “Vaca Dulia”, la de las siete ubres, con las que amamantaba a los “Jáncanuh”. (Foto: F.B.G.)
Texto de Félix Barroso para su columna A Cuerpo Gentil. Las opiniones y fotografías publicadas en esta columna son responsabilidad de su autor
Publicado el 25 de noviembre de 2019