En Sur, de Antonio Soler, hay líneas rectas, curvas, paralelas, tangentes, secantes, dispares, convergentes, líneas que van formando, entre todas, el dibujo de una ciudad, a todas luces Málaga.Son líneas que traza, a lo largo de un día, un elenco descomunal de personajes, tan grande que el libro cuenta, al final, con un pormenorizado “Censo de personajes” para que ningún lector se pierda y sepa de quién se habla en cada momento. Reconozco que no son nada nuevo, en Literatura, ni las novelas que se desarrollan en un día, ni las que tienen como protagonista a una ciudad, ni las que la retratan a través de las historias cruzadas, o paralelas, de sus habitantes, y como muestran podrían servir, sin buscar ejemplos raros, el Ulises de Joyce o Berlin Alexanderplatz de Döblin, pero poco importa lo novedoso cuando uno se enfrenta a una novela tan bien escrita como Sur.
A partir del descubrimiento fortuito, en un descampado a primera hora de la mañana, de un hombre inconsciente, moribundo, que comienza a ser devorado por las hormigas, el autor nos va llevando de unas historias a otras, la de su mujer, una médico que espera en el hospital la llegada de su marido sabiendo que ya no hay remedio; la del yonqui que lo encuentra y cuyo único afán es bajar al centro con un amigo guitarrista para tocar en la calle y sacar dinero para una dosis; la de un tipo amargado que emprende, como una desesperada huida hacia adelante, la escapada a Madrid con una chica joven a la que quiere seducir; la de un chaval trastornado que anda buscando bronca; o la de su hermano, que tiene un compañero de trabajo cuya mujer, no menos trastornada, regala a la parroquia sus joyas y tres mil euros ahorrados con esfuerzo, eso por nombrar solo algunas de las muchas vidas por las que nos va conduciendo con singular maestría, manteniéndonos enganchados, incapaces de dejar de leer, al menos las primeras cincuenta o sesenta páginas.
Luego el relato se remansa, va cogiendo caudal, se enriquece con saltos atrás en el tiempo que nos descubren el pasado de los personajes, que los hacen crecer, que les dan volumen, jugando además con distintos ritmos, con secuencias largas o con rápidos saltos de unas historias a otras que incluyen extraordinarios alardes narrativos, como cuando Soler describe, en rápidas pinceladas, el almuerzo de los distintos personajes, o cuando, cerca ya del final del libro, narra, en un párrafo interminable, de cerca de treinta páginas, el final del día, de todos los días del día, de ese largo día ficticio de verano con el que trata de retratar su ciudad, Málaga, de la que opta por retratar su lado más sombrío, desde un punto de vista sórdido, periférico, suburbial, fijando su atención en personajes que se mueven entre la marginación y el opulento hastío de vivir, con escenas de violencia absurda o sexo desgarrado, como tratando de sacar a la luz el substrato de ponzona sobre el que a menudo se asienta el esplendor, en una novela espléndida, a ratos excesiva y provocadora, que no deja, desde luego, indiferente al lector.
Sur
Antonio Soler
Galaxia Gutemberg
22,50 euros
Publicado el 1 del noviembre de 2019