La palabra ánima significa en latín “alma” y es como se denomina a los espíritus que, desde la óptica católica, sufren el purgatorio antes de ir al cielo, pues han fallecido con pecados pendientes de absolución.
La Carvochá en Las Hurdes
El culto a las ánimas ha sido una constante cultural y religiosa en la mayoría de pueblos de nuestra geografía. Solo en algunos enclaves se mantiene viva la esencia de unos rituales sacralizados por la tradición católica pero que encuentran su origen en antiquísimos ritos paganos. Las Hurdes es uno de esos lugares y perpetúa la tradición en la fiesta de “la carvochá” –término que viene de la palabra “carvochi” y que significa castaña asada-, una celebración que produce estos días y que rinde tributo a los antepasados de esta tierra mágica.
Pelos de cabra y vino a la hoguera de ánimas
Uno de los elementos principales de esta celebración es la hoguera de ánimas. El fuego simbólicamente sirve para ahuyentar los males del año entrante y para purificar a los presentes en la fiesta. Durante el encendido se alimenta las llamas con castañas, vino, pelos de cabra y hierbas aromáticas. Esta forma singular de prender la hoguera entronca con la creencia de que puede servir para alimentar a las ánimas que se hacen presentes en la fiesta.
Otro de los momentos especiales del ritual es el recital de romances en honor a las ánimas. Son pocos los que conocen estas coplas transmitidas durante siglos en la comarca hurdana por tradición oral. Pablo Sánchez, de la alquería de Las Erías, es uno de los pocos que conoce estos centenarios versos: “Las ánimas a tu puerta llegan con gran devoción, dame limosna si puedes, no las traigas con perdón. Dásela bien que si tú la favoreces, ánimas tendréis también”. Mientras se entonan estas canciones suena el sombrío tañer de la “Esquila de Las Mestas”.
José María Domínguez explica en su artículo La Festividad y el Ciclo Vital en La Comarca de Las Hurdes publicado en la Revista de Folklore de la Fundación Joaquín Díaz que “En las Mestas, por riguroso turno, uno de los mayordomos del Cristo, todas las noches del año tocaba una esquila por las calles salmodiando una lúgubre cantinela que pide las oraciones y el recuerdo para las “Benditas Almas del Purgatorio”.
Castañas al aire y comida junto al fuego
La fecha elegida para la realización de la fiesta no es casual, y es que la tradición guarda una estrecha relación con la celebración del ‘Samhain’ céltico. Este festejo pagano fue de los más importantes de la España prerromana, y lo que se conmemoraba era el nuevo año. Terminaba el verano y las últimas cosechas y daba comienzo la estación invernal. Este rito ilustra la visión cíclica que los celtas tenían de la vida, pues el ‘Samhain’ representaba el inicio de la muerte, que terminaba con el posterior renacer. Tan particular instante se consideraba un momento mágico en el que nuestro mundo podía conectar con el más allá, lo que permitía entrar en contacto con los difuntos.
Este contacto era tan real como que los fallecidos podían beber y comer con los todavía habitantes de la Tierra. Y eso es algo que también se mantiene vivo en la tradición hurdana, de ahí que se alimente con comida la hoguera de ánimas, que se tiren castañas al aire o que se dejen platos de comida junto al fuego.
“En Aceitunilla por tales fechas se queda la mesa sin recoger y el suelo sin barrer, ya que existe la convicción de que las ánimas están de visita. No ha de extrañarnos tampoco que en Martinlandrán y La Huetre permanezca fresca la costumbre de rezar por las Ánimas Benditas el día de la matanza, cuando todos los familiares en torno a la mesa responden a las plegarias que dirige el cabeza de familia”, apunta José María Domínguez.
Por todo ello, en “la carvochá” es necesario comer las castañas asadas típicas en otoño y festejar al máximo para que las ánimas estén contentas, “a fin de que queden conformes y no se aparezcan el resto del año”, recuerda nuestro compañero Félix Barroso.
Continuando con los rituales de ánimas, también aparece por la fiesta el “Animeru de la Ceniza”, que hace una cruz con los restos de la hoguera de ánimas en la frente de todos los asistentes, otro sincretismo más que entronca con la tradición cristina del Miércoles de Ceniza. Igualmente, se realiza un “corro de ánimas” donde todos los presentes entrelazan las manos formando un círculo mientras guardan un minuto de silencio por los difuntos.
Como se observa, aunque la fiesta de Halloween y su tradicional “truco o trato” hayan arribado hasta nuestros confines, en Extremadura siguen sobreviviendo las tradiciones de nuestros ancestros gracias a muchas personas que luchan por mantener vivas estas tradiciones, entre ellos, nuestro compañero Félix Barroso, artífice de muchas de las iniciativas culturales que tienen lugar en la alta Extremadura.
Publicado el 28 de octubre de 2019
Texto y fotos de Lourdes Gómez para su columna Extremadura DesVElada. Las opiniones e imágenes publicadas en esta columna son responsabilidad de su autora.
1 comentarios
Muy buen informe además de didáctico!! Desconocía este festejo en alta Extremadura! Gracias x compartir y x las fotos tmb Lourdes! Saludos y bendiciones!!!😘👏