El nivel actual del río Tajo permite contemplar el Puente del Cardenal hasta sus bases, en Monfragüe.
Las aguas del Tajo se detienen a su paso por el Parque Nacional de Monfragüe en el enorme embalse de Alcántara II. Aguas abajo se encuentra el Puente del Cardenal, justo después de recibir como afluente al río Tiétar. Un puente lleno de Historia, que muchas veces es imposible ver porque esta cubierto por el agua o, cuando es posible verlo, apenas sobrepasa unos metros del enorme caudal que corre bajo sus piedras.
La falta de lluvias ha hecho que en este momento sea totalmente visible hasta sus bases. Llama la atención los cuatro enormes tajamares que cortan la corriente del río. Así como la plataforma del puente que es una prueba visible de la fuerza del agua. Las enormes piedras que servían de baranda están en el suelo y otras, adivinamos, en el río, como si se trataran de ligeras piezas de un juego de construcción.
Historia de un puente subacuático
Juan de Carvajal, obispo de Plasencia, mandó a construir el puente en el siglo XV para unir sur y norte. Una necesidad de la época, especialmente para permitir el paso del ganado y mercancías entre las tierras de Trujillo y la Ciudad del Jerte.
En la Guerra de Independencia el puente del Cardenal fue dinamitado y luego reconstruido y reparado en varias ocasiones. Como en 1859, cuando se abrieron cuatro enormes aliviaderos de cuatro metros cada uno, ubicados entre los cinco arcos que sostienen el puente.
Los miradores hacia el Puente del Cardenal se ubican en la carretera que va de Villarreal de San Carlos al Salto del Gitano. Hay dos miradores que se asoman en el lado izquierdo, antes de pasar el río. En los alrededores hay merenderos y bajar hasta el puente desde el mirador o desde la Fuente del Francés es un bonito paseo a orillas del río, donde se puede ver a los peces saltar con frecuencia.
En la zona sobrevuelan los buitres, los que se pueden ver mirando al cielo o al verde de las aguas del río, que reflejan como un espejo las sombras de las enormes aves.
El fin del verano
La naturaleza abundante del parque, los árboles que vencen la fuerza de gravedad en las laderas inclinadas de la montaña que sostiene el castillo y el sonido de los pájaros avivan la magia de Monfragüe. A todo esto se suman los llamados de los ciervos, que se escuchan salir de la profundidad del verde, son los bramidos de la berrea que anuncian las lluvias de otoño y con ellas la posibilidad de que el Puente del Cardenal vuelva a esconderse bajo las aguas del Tajo.
Publicado el 15 de septiembre de 2019