
Más allá de los cerezos en flor y de las famosas cerezas, el Valle del Jerte es también en verano un destino sorprendente por
la infinidad de gargantas donde refrescar el cuerpo entre paisajes que llegan al alma. Por algo lo llaman también el valle del agua y es que ofrece innumerables charcos y cauces de agua cristalina procedente del deshielo en lugares donde la naturaleza se exhibe en estado puro.
No en todos está autorizado el baño, pero sería imperdonable ir al Valle del Jerte y no visitar parajes como la Reserva Natural de la Garganta de los Infiernos en Jerte, cuyas gigantescas pozas excavadas por la erosión del agua en las rocas de granito están entre los 15 lugares más sorprendentes del mundo según el National Geographic. De hecho es un lugar de peregrinación para los senderistas como buena catedral del agua que es y el más fotografiado de Extremadura.
Las piscinas naturales del Valle del Jerte autorizadas en 2019 se concentran en menos de 20 kilómetros
En Los Pilones, como también se conoce a la Garganta de los Infiernos, el senderista puede refrescarse, pero para bañarse puede elegir en el mismo pueblo de Jerte entre dos piscinas naturales rodeadas de una exuberante naturaleza. Las Tenerías y el Nogalón, donde el bañista solo tendrá que elevar la vista desde el agua para sentirse en el paraíso.
Se encuentran entre las zonas de baño autorizadas por el Servicio Extremeño de Salud para el verano de 2019, que en el Valle del Jerte se concentran en menos de 20 kilómetros, y es que a menos de diez minutos de Jerte, hay otras dos coquetas piscinas naturales a un lado y a otro de Cabezuela del Valle, La Pesquerona y El Vaho, y a otros cinco de aquí, en Navaconcejo, se hallan en paralelo a la N-110 las del Pilar, el Cristo y el Benidorm del Valle del Jerte.

Son lugares con todas las comodidades y servicios necesarios para veranear con el valor añadido de tener unas vistas espectaculares que reconcilian con la naturaleza y permiten calzarse las cangrejeras para caminar por los rollos se tenga la edad que se tenga, disfrutar de jacuzzis naturales colocándose bajo las compuertas de las piscinas naturales, sestear bajo la sombra natural de un árbol o sentarse a degustar unas cerezas recién cogidas. De esos pequeños placeres de la vida que en el Valle del Jerte en verano están asegurados para viajeros singles, con amigos, en pareja o con niños.

Deportes acuáticos para los más aventureros y trashumancia en vivo
También aventureros a los que aguardan paraísos para practicar los más diversos deportes de aventura y acuáticos o senderistas y ciclistas que, aprovechando los momentos más frescos del día, se toparán incluso con rebaños de vacas o cabras en plena trashumancia hacia el norte, en Tornavacas pegando a Ávila, desde donde se tiene la panorámica más amplia del Valle del Jerte.
Cascadas imprescindibles de la provincia de Cáceres
Aunque para miradores también imprescindibles, el Mirador de la Memoria en El Torno y la perspectiva que se tiene desde Piornal, todo un pueblo museo con sus fachadas de arte urbano que es el pueblo más alto de Extremadura a unos 1.175 metros de altura. Por esas carreteras slow se desciende a impresionante cascadas que abundan en la provincia de Cáceres y que hacen honor al sobrenombre del valle del agua. El Caozo, más próxima ya a Valdastillas, es la cascada más accesible del norte de Extremadura porque se alcanza andando solos unos metros. Pero para quien busque más emociones, la cercana Garganta de Marta, las Nogaledas de Navaconcejo o la Puria de El Torno son complementos ideales en una escapada al Valle del Jerte.
Veranear en estos pueblos, un total de once contando también con Barrado, Rebollar, Casas del Castañar y Cabrero, ofrece divertidas costumbres nocturnas como son las verbenas en sus plazas o en soportales como los de Cabezuela, Conjunto Histórico Artístico y hasta propuestas de agroturismo para recolectar cerezas que también se pueden degustar en los restaurantes de múltiples formas, que por algo se le llama también el valle cereza.
Los lugareños, hospitalarios, podrán descubrir al viajero curioso charcos que son como el mismísimo edén por donde caminar en un ambiente de frescor y llevarse fotos únicas. Aunque no están autorizados para el baño como las riberas de Jerte, Cabezuela del Valle y Navaconcejo y a las que se une en Plasencia, a media hora en coche, el parque de La Isla, que es una playa fluvial de césped en pleno centro de la ciudad.
Publicado en julio de 2019
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