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Hace 40 años robaron el Greco del Museo de Cáceres

Pocos recuerdan esta historia rocambolesca que conllevó casi un año de investigación en busca de la obra del Greco y un golpe de suerte en el aeropuerto de Barajas.

Tal día como hoy, hace cuarenta años, se cometía en Cáceres uno de los robos más sonados de nuestra región, a pesar de que pocos lo recuerden. El Museo de Cáceres, situado en aquel lejano 1979 en la Casa del Mono de la Ciudad Monumental, apenas tenía rejas en las ventanas y ningún tipo de sistema de seguridad. Este detalle propició que aquella noche asaltaran el edificio y se hicieran con un botín valorado en unos cien millones de las antiguas pesetas. La pieza más importante que se llevaron: la obra “Jesús Salvador”, del Greco.

Jesús Salvador El Greco fotografía Museo de Cáceres
Jesús Salvador El Greco fotografía Museo de Cáceres

El robo fue perpetrado de madrugada; entraron en las salas de exposición a través de un tejado de unos tres metros de altura. A la mañana siguiente, cuando el museo iba a abrir al público, se percataron de que faltaba el Greco y otras obras de gran valor. Tras el teletipo emitido por la agencia EFE, el 22 de mayo de 1979 diarios como ABC y La Vanguardia hacían inventario del botín: un collar con patena del siglo XVI, varios cálices de plata y oro, una cruz parroquial del siglo XVII de plata cincelada, el cuadro “Las lágrimas de San Pedro”, un óleo sobre tabla del siglo XVI de la escuela de divino Morales; una pintura sobre cobre conocida como “La Virgen del Niño”, de la escuela italiana y perteneciente al siglo XVI; un óleo sobre tela de Ottavio Viviani, del siglo XVII; un ángel de la guarda y una Inmaculada, ambas tallas elaboradas en marfil filipino y pertenecientes al siglo XVII; dos cabeceras de plata repujada; y la citada pieza clave: el “Jesús Salvador” de Doménikos Theotokópoulos, más conocido como el Greco, uno de los pintores más apreciados y misteriosos de la historia.

De las Agustinas Recoletas de Serradilla

La obra del Greco, que representa a Cristo en actitud de bendecir, procedía del convento de las Agustinas Recoletas de Serradilla y había sido depositada en el museo cacereño a raíz de unas obras. Los objetos de culto, por su parte, pertenecían a la Diócesis Coria-Cáceres, y otro de los cuadros, en depósito, pertenecía al Museo del Prado.

Más de un centenar de agentes del Cuerpo Nacional de Policía participaron en esta investigación, que comenzó a dar sus frutos cuando diversos testigos describieron a un sospechoso joven que había estado dando extraños paseos en los alrededores del museo. Así, cerca de un año después del robo, a mediados de febrero de 1980, la prensa a nivel nacional se hacía eco de la detención de los autores del robo. Los responsables habían sido tres jóvenes, dos cacereños de 24 y 21 años, respectivamente, y un chico de Vitoria, que tenía 20 años en aquel entonces. Los tres describieron a la Policía cómo dos de ellos habían accedido al museo a través de un tejado, retirando pesadas vitrinas y llevándose su contenido, mientras un tercero esperaba en el exterior, dentro del coche en el que trasladaron los objetos a una casa situada en la localidad cacereña de Torremocha, a la espera de vender el preciado material histórico – artístico.

El gobernador civil Tafalla y Teófilo González Porras enseñan El Greco recuperado. DIARIO HOY
El gobernador civil Tafalla y Teófilo González Porras enseñan El Greco recuperado. DIARIO HOY

Tan solo unos días después de aquella noticia, el 20 de febrero de 1980, trascendía que los agentes de Policía habían conseguido recuperar cuarenta y tres obras de arte pertenecientes a este insólito robo en nuestra tranquila comunidad autónoma. Igualmente, continuaron las detenciones y, además de los tres autores confesos del robo, fueron detenidos otros implicados.

La investigación policial descubrió que los tres jóvenes ladrones habían recibido 150.000 pesetas por los objetos robados. El comprador fue un corredor de antigüedades natural de Córdoba y radicado en Madrid, quien fue detenido en el transcurso de la operación. Según se publicó en la prensa de la época, este último había vendido lo robado en el Museo de Cáceres a un tío suyo; a consecuencia de la venta había percibido un total de 650.000 pesetas. Aunque la Policía detuvo a todos los implicados, el último comprador consiguió huir, primero a Inglaterra y después a Italia, donde las autoridades perdieron la pista. A pesar de esta huida inesperada, la Policía tiró del hilo, siguiendo a un transportista con el que trabajaba el comprador en paradero desconocido. En la casa del transportista encontraron parte de los objetos robados, junto con otras piezas que estaban en un garaje madrileño próximo a la Plaza de Legazpi.

Hasta 14 detenidos

Siguiendo con la crónica de la noticia, el diario ABC publicaba el 27 de febrero de 1980 que eran 14 los detenidos en relación con este robo y que habían sido puestos a disposición del Juzgado Número 1 de Cáceres. Cabe señalar que uno de ellos tuvo que ser hospitalizado porque se autolesionó con varias heridas de arma blanca en el vientre al momento de ser detenido.

Museo de Cáceres Sala 17
Sala 17 del Museo de Cáceres Fuente Qué Leer

Tuvieron que pasar varias semanas para que encontraran la preciada obra del Greco. Fue en mayo de 1979 cuando el “Jesús Salvador” fue recuperado del interior de una consigna en el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid – Barajas. Ahí dormía el sueño de los justos, en un frío cajón de metal a la espera de quién sabe qué próximo destino.

El comprador huido a Italia, tras conservaciones con la Policía a través de su abogado, fue detenido en la frontera portuguesa de Caia y trasladado a Cáceres, donde se le interrogó para saber el paradero de las piezas del robo que aún no habían aparecido.

Esta es una de las historias más rocambolescas y a la vez desconocidas que han tenido lugar en Extremadura. Las obras de arte volvieron a Cáceres, incluido el Jesús Salvador, que se expone en la sala XVII del museo cacereño. Ojalá que, cuarenta años después de aquel robo, sean muchos los que acudan al Museo de Cáceres con la curiosidad de contemplar esta preciada joya que conservamos en la región.

Texto de Lourdes Gómez para su columna Extremadura DesVElada

Publicado el 21 de  mayo de 2019

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