Fuendu yo un dagalillu, salía unu en el entrueju que le dicían El Pirrinchi, que dicían que venía de lah Felipínah, peru era lo que dicía él, que él era Tíu Froru, d,aquí, del Riumalu, qu,era hehpicianu, pilu que dicímuh nusótruh, que lo criorin en el ehpiciu de Ciá Rodrigu. Y salía él vehtíu na,máh que con ménduh, y llevaba mu jarriaqui la su montera de la pellica de una loba, y loh campanílluh corgáuh, y diba tó entiznau con un corchu quemau, y llevaba un perrinu atau con una cuerda y el perrinu diba entruejau cumu una presona, y el perrinu ehtaba enseñau a bailá con doh pátah cuandu El Perrinchi le cantaba y le tocaba un panderu que llevaba. Y con El Perrinchi venía otru que le dicían El Zajumu, máh negru c,un carboneru, y que traía puehta una zamarra y únuh zajónih y múchuh campanílluh y traía en la bandola múchuh pucherínuh, que loh jadía él con el arcillón de Loh Barréruh, y loh enllenaba de péluh de lah viéjah o de loh ganáuh, de bólah picantónah y de cagajónih y leh metía fuegu. Era la Zajumá, y aquellu golía c,atrecendaba y naidi acalugaba apará allí de quietu, y aluegu una jumarera, ¡menúa jumarera…!
También don Tomás Gómez, secretario que fue de varios Ayuntamientos de Las Hurdes a caballo de finales del siglo XIX y principios del XX y gran amante de las costumbres del territorio jurdano, nos dejó algunos párrafos en sus Cuadernos sobre La Zajumá de la que nos hablaba Gabriel Crespo Crespo en el texto anterior, cuando fue elegido Rey del Entrueju en el Carnaval Jurdanu celebrado en la alquería de El Cabezo el 4 de marzo del año 2000. Gabriel era hijo de la alquería jurdana de Riomalo de Arriba y tenía en aquellas fechas 73 años. Fue un buen amigo y un excelente informante, al que le grabamos interesantes textos orales sobre el vivir antiguo de Las Hurdes. Don Tomás el secretario nos cuenta sobre la espesa y acre humareda, que envolvía todo el espacio de la celebración antruejil, cuando estrellaban los pucherillos de barro sobre el suelo e incluso en el interior de las casas. La gente escapaba tosiendo como unos condenados, al agarrarse a la garganta el humo desprendido de la combustión de los pelos, excrementos secos de los animales y bolas o guindillas picantes. Pero nadie se molestaba por ello, ya que ello formaba parte de La Antruejá y aquellos días solo se respiraba espíritu libertino y libertario.
Hace escasos días, un nutrido grupo de la Corrobra Estampas Jurdanas regresó de la ciudad portuguesa de Ovar, donde fueron recibidos con los brazos abiertos y atendidos en todo momento con un trato exquisito. Nada más llegar, un guía acompañó en cada minuto a la Corrobra, dándole acertadas explicaciones en su recorrido por la ciudad. Una emotiva y cálida recepción oficial en el auditorio del Centro de Arte de Ovar, donde cada coordinador de los grupos participantes, tanto portugueses como españoles, se dirigió a los congregados, después que intervinieran el alcalde de la mentada localidad, Salvador Malheiro Ferreira da Silva y el presidente de la Academia de la Máscara Ibérica, Antònio Pinelo Tiza. El coordinador de la Corrobra Estampas Jurdanas, F.B.G., lanzó toda una inflamada arenga tanto a la gente llegada de Las Hurdes como al resto de comparsas carnavalescas por haber apostado por los antruejos con raíces y con personalidad y no por el moderno Carnaval del Plástico, el que está tomando demasiadas ínfulas en muchos pueblos de nuestros medios rurales, creyendo quienes lo organizan y lo subvencionan que son más innovadores y vanguardistas que nadie, cuando la realidad es que han perdido el norte, su identidad y están completamente desarraigados. Sus palabras calentaron los asientos y arrancaron enfervorizados aplausos.
La visita a La Aldea del Carnaval dejó impresionados a todos los componentes de los grupos. Un total de 14 enormes talleres mostraban todo el atrezo puesto en marcha (en estos días en plena efervescencia) para que cada edición de las carnestolendas llegara a buen puerto. Muchos recursos humanos y económicos y gran influencia de los emigrantes ovareños en Brasil que regresaron a sus orígenes. Las varias escuelas de sambas son un claro ejemplo. Al caer el día, la enjundiosa cena en uno de los mejores restaurantes de la ciudad puso de manifiesto la generosidad a manos llenas de los lusitanos. Allí no había parientes pobres. Y como de la panza sale la danza, no tardó en comenzar el desfile de los antruejos, partiendo del Mercado Municipal y recorriendo diversas calles y avenidas. A lo largo de él, los jurdanos escenificaron sus rejuíjuh (cuadros de dramatizaciones carnavalescas), siendo muy aplaudidos y felicitados por el público congregado. Más tarde, el espectáculo tradicional de Bombos do Minho, para acabar en una macrofiesta, con recena incluida, y todo a gastos pagados.
Con el regreso de Ovar, el tiempo de los carnavales han comenzado a rodar por la comarca jurdana. Todavía quedan algunos lugares donde celebrarán el próximo día 21 de febrero el Juévih de Compadre, y el día 28, el Juévih de Comadre. Pero el día grande será el Sábadu Gordu del Entrueju, que hogaño es el 2 de marzo y que se celebrará por todo lo alto en la alquería de El Cabezo (actual concejo de Ladrillar, y, antiguamente, conocido como concejo de Riomalo o de La Ribera). Los vecinos de dicha aldea están volcados en masa y metidos en harina, con el fin de que esta fiesta, que ya ostenta el título de Interés Turístico, supere al resto de ediciones celebradas. Los compadres y comadres de la Corrobra Estampas Jurdanas se personarán en la mañana de tan emblemática fecha, con toda su barahúnda mítica, transgresora, legendaria, heterodoxa, antiautoritaria, antirretrógrada, de concejo abierto, espontánea y escandalosa. Es de esperar que no la reciban con cohetes, que nunca se utilizaron en los antruejos, sino con esas zajumáh de las que nos hablan don Tomás Gómez y Gabriel Crespo Crespo.
Publicado el 18 de febrero de 2019