
En el norte de Cáceres se han dado supuestas apariciones de la Virgen y algunas de ellas en tiempos relativamente recientes. Hablamos de la vidente mariana Eufrasia Martín, de Santibáñez el Bajo, quien congregó a cientos de personas en el enclave en el que dijo haber tenido un encuentro divino.

Primera visión en Santibáñez el Bajo
En el Teso de la Cigüeña, a las afueras de Santibáñez el Bajo, Eufrasia Martín, más conocida como la Chata, se convirtió en vidente de la Virgen. El primer suceso extraño, según decía, ocurrió en 1995 en dicho lugar cuando iba a por su ganado.
En una de mis visitas a la zona estuve en aquel carrascal y, más en concreto, en aquella encina en la que ella dijo haber visto la aparición de una señora que identificaba como la Virgen del Carmen. La primera visión se produjo una jornada en la que volvía de cuidar sus cabras y, tras compartir el suceso con algunos vecinos, pronto aquella zona se convirtió en centro de peregrinación.

He podido entrevistar a testigos que todavía recuerdan la gran cantidad de devotos que se congregaban allí para intentar ver lo que Eufrasia veía; tanto es así que en una ocasión se hundió un tejado de una cerca de cerdos debido al peso de tanta gente que se subió allí para intentar contemplar el milagro. Según Eufrasia, la Virgen solicitó la construcción de una ermita y el hecho de que no fuera edificada en el lugar de las apariciones, sino en una finca situada en la carretera de Valdeobispo, propició la polémica, haciendo pensar a algunos paisanos, según refieren, que podría tratarse de un negocio en vez de un suceso divino.
Con todo, se dieron en aquella fecha eventos curiosos que certificarían los prodigios que protagonizaba la Chata. El día de la inauguración de la ermita llovía a cántaros en la zona. A pesar de aquel cielo encapotado, Eufrasia aseguró que al terminar la misa las nubes se disiparían para permitir que la imagen de la Virgen del Carmen pudiera salir en procesión. He podido hablar con algunos de los presentes en aquel acontecimiento, que prefieren mantener su identidad en el anonimato, y me aseguran que “aunque caía agua a cántaros, cuando acabó la misa, nada más abrirse el portón de la ermita se apartaron las nubes y la gente pudo hacer la procesión”.
Seguidores dentro y fuera de Extremadura
Eufrasia tenía seguidores por toda Extremadura, así como en otras comunidades autónomas; son muchos los que creían en ella y en las propiedades milagrosas del agua de la ermita. José María Domínguez Moreno, investigador de las tradiciones y las leyendas de nuestra comunidad, me contaba: “la gente que venía tenía auténtica fe. Bebían el agua y ese líquido les curaba. No sé si se trataba de un efecto psicológico, pero hay casos como el de un señor de Ahigal que tenía cáncer y solamente recurría a ella. Y las evidencias parecían darle la razón. Los médicos le decían que se tenía que operar de la lengua, la Chata le decía que no. No se operó y, cuando llegó al hospital, el tumor se le había curado en aquella parte”.

Impactante fenómeno sociológico
A pesar del tiempo transcurrido, todavía siguen surgiendo nuevas informaciones en torno a este caso. En uno de mis viajes a la comarca pude recabar un testimonio de una persona que conoce a Eufrasia y a su familia desde siempre. Expone fenómenos paranormales que habrían rodeado la vida de la vidente. Así, asegura que cuando Eufrasia era pequeña, sus hermanos la encontraron un día levitando: “estaba de rodillas pero no estaba hincada en el suelo, estaba por encima”, me contaba mi informante. Dato curioso si tenemos en cuenta que los fenómenos de levitación suelen producirse en la posición en la que la persona se encuentra cuando comienza a entrar en este trance de corte místico: tumbado, de rodillas, de pie, etc. Por lo tanto, la descripción coincide plenamente con lo que se sabe acerca de este fenómeno de carácter parapsicológico que suele aparecer en la vida de muchos santos.
La posición de la Iglesia con respecto a estas apariciones marianas fue de cautela, como suele ser habitual, manteniéndose en silencio acerca de estas manifestaciones. Más allá del origen divino o no de estos sucesos, es innegable que se trata de uno de los fenómenos sociológicos más impactantes que han tenido lugar en Extremadura.
Publicado el 3 de diciembre de 2018
Texto y fotos de Lourdes Gómez para su columna Extremadura DesVElada