Nada más y nada menos tienen en común con las Trece Rosas que fueron mujeres valientes. Pero las “Doce rosas” placentinas porque se atrevieron a socorrer a los soldados repatriados de la Guerra de Cuba que volvían malheridos en trenes a los que en otros lugares se negaban a atender por miedo a las enfermedades.
Primero Isabel la Cabrera, que casualmente escuchó sus gemidos al pasar cerca del tren. Clamaban por un poco de agua, pero Isabel solo llevaba leche y no tuvo reparos en subirse al tren repartiendo los pocos cántaros que llevara. Acto seguido ella y sus vecinas de la calle Ancha, gente humilde, se organizaron para llevarles hasta vendas con las que limpiarles las heridas.
Monumento a “La Muy Benéfica” ciudad de Plasencia
El ejemplo de estas doce mujeres no tardó en cundir en la ciudad. “Se repartieron las funciones y algunas se fueron a lo más difícil, a ver a los ricos para que ayudaran también” explica a sus 83 años Pepita Platero, descendiente e impulsora del azulejo conmemorativo que figura desde hoy junto al monumento a Isabel la Cabrera. Estas doce mujeres con sus nombres y apellidos, con sus pocos medios pero gran corazón, inspiraron lo mejor de los placentinos hasta el punto de que en 1901, la Reina María Cristina otorgó a Plasencia el título de “La Muy Benéfica” por lo que hoy llamaríamos ayuda humanitaria.
Fueron las precursoras del hospital de campaña que montó después la Cruz Roja en la estación, donde acabaron atendiéndose a cientos de soldados que volvían enfermos de la aventura imperialista con la ayuda de la Cámara de Comercio y la Iglesia.
Estas “Doce Rosas” representan el episodio más solidario de la historia de Plasencia y el azulejo, situado en el ábside del complejo cultural Santa Ana junto a la escultura de Isabel la Cabrera, cierra el círculo del reconocimiento social impulsado por sus descendientes. Mujeres también como Pepita Platero, que emocionada pudo narrar entrecortada que ella conoció la historia por su propia madre. “Me contó que en lugar de desanimarse, se organizaron para atenderles porque les dio en su corazón pensando que podían ser sus propios hijos”.
El reconocimiento se fraguó a través de un mensaje privado por Facebook de Pepita Platero al alcalde, Fernando Pizarro, quien cogió el guante para hacer coincidir el homenaje con el 120 aniversario de tan emotivo recuerdo destacando, además en su discurso, la figura de las mujeres placentinas. En el acto no faltó la lectura, en verso, de aquel episodio histórico por la propia autora del poema, Magdalena Sánchez, también octogenaria de lo más inquieta.
Publicado el 24 de septiembre de 2018
2 comentarios
Ya era hora de que se les reconociera su gran labor , gracias Pepita por tu tesón
Gracias a Cruz de ele y a todos por vuestro interés y muy especialmente gracias a nuestro alcalde Don Fernando Pizarro García-Polo , pues es el que lo ha hecho posible .
Durante muchos años he intentado que se me escuchara por distintos medios , he llamado a muchas puertas en las que se me han dado muy buenas palabritas pero nada más, en cambio nuestro alcalde, tan pronto como conecté con él y supo lo que le pedía me dio un sí rotundo y no paró hasta que no cumplió lo que me había prometido, por lo que le estaré agradecida toda mi vida .