
Uno nunca deja de leer, aunque con velocidad variable, y sin embargo hay ocasiones en las que cuesta trabajo encontrar libros que recomendar, y no porque los que lee sean necesariamente malos, sino porque a menudo requieren un público lector muy específico y no se atreve a recomendarlos a los cuatro vientos. Otras veces, por el contrario, casi todo lo que lee le resulta interesante y recomendable, y entonces lo que no tiene -como ya he dicho en alguna ocasión- es tiempo para reseñar esos libros con el debido detenimiento y sin excesivo retraso. Por eso es conveniente, de vez en cuando, recomendar los libros a pares. Por eso he decido reunir, en este mismo lugar, Dietética digital, de Víctor Sampedro Blanco, presentado en la pasada feria del libro de Plasencia, y El día que dejé de comer animales, de Javier Morales. Por eso, pero también porque, aunque a primera vista puedan parecer dos libros absolutamente dispares, los dos dan que pensar y, desde perspectivas muy diferentes, nos invitan a plantearnos nuestro futuro.
Dietética digital es un libro abrumador, por la cantidad de información que ofrece, pero sobre todo porque el panorama que plantea, que es, como poco, preocupante. El libro habla, entre otras cosas, de la televisión, de los móviles, de internet, de las redes sociales, de las aplicaciones y, sobre todo, del uso de los llamados big data para recabar de forma velada información con la que manipularnos, con la que inducirnos al consumo, para explotarnos, pero también para condicionar nuestra opinión y nuestro voto. Por fortuna en el libro no todo es oscuro y alarmante, pues ofrece también consejos sobre cómo ponernos a dieta, sobre cómo sustraernos al control cada vez mayor de las grandes empresas sobre lo que somos, sobre lo que nos gusta, sobre lo que queremos, y además, en un texto final incluido a modo de sobremesa, nos describe un futuro esperanzador en el que la gente ha logrado sacudirse tan descarados intentos de control y logra hacer un uso inteligente y beneficioso de las tecnologías, por más que esa posibilidad tan deseable, ese espléndido proyecto de futuro, resulte, a la vista de la situación reinante, más que dudoso.
Sobre Dietética digital me permitiré hacer además una recomendación de lectura. Curiosamente, y aunque pueda parecerlo, no se trata de una recopilación de artículos, sino todo lo contrario: el libro de Víctor Sampedro es una propuesta de reflexión que busca ser debatida, y el propósito de su autor es liberarlo poco a poco en la web www.dieteticadigital.net para promover el diálogo. Esto hace que cada uno de los capítulos que integran los siete menús que, a modo de apartados, propone el libro sea un texto cerrado, completo en sí mismo, y eso hace también que Dietética digital no sea un libro sencillo, lineal, con un hilo discusivo que se desarrolla de principio a fin en un determinado sentido, sino un libro complejo, que vuelve y una vez sobre los mismos temas desde distintas ópticas, ahondando o ampliando el círculo, y eso lo hace, a menudo, reiterativo. Por eso, recomiendo que esta dietética se lea con el criterio de las mejores dietas, las que recomiendan comer poco y a menudo. Por eso propongo al lector que lea el libro despacio, sin prisa, degustando cada capítulo por separado, reflexionando antes de dar el siguiente paso, preparándose, quizá, para comentarlo en el debate público.
El día que dejé de comer animales, el otro libro del que quería hablarles, trata sobre el vegetarianismo. Es un libro breve, que se lee de un tirón, en el que se puede apreciar la faceta periodística -de excelente periodista- de Javier Morales, pues no dejas de tener la sensación de estar leyendo un largo e interesante reportaje. En él se suceden entrevistas a pensadores como Jorge Riechmann u Óscar Horta, a periodistas como Ruth Toledano o a miembros de asociaciones de protección de los animales como Igualdad Animal o Salvando Peludos, entrevistas que se entremezclan con reflexiones del autor del libro en torno a los derechos de los animales, sobre libros como Elisabeth Costello, del premio Nobel J. M. Coetzee, o Comer animales, de Jonathan Safran Froer, y sobre los antecedentes y los motivos de su decisión definitiva de no comer carne, todo ello estupendamente contado, lo que -a mi modo de ver- hace de El día que dejé de comer animales un libro excelente para tomar contacto con un modo de vida que la inmensa mayoría de la gente ni siquiera se plantea, en buena medida por no conoce del tema más que lo superficial, lo aparente, lo que, sin haberse parado a reflexionar sobre el dilema moral que tiene de fondo, puede resultar incluso caprichoso.
Además, como decía al principio, El día que dejé de comer animales es un libro que mira hacia adelante, pues no sólo reflexiona sobre la decisión de comer o no comer carne, sino que indirectamente nos hace pensar sobre el futuro de nuestro planeta partiendo de un presente de sobreexplotación vinculado, en muy buena medida, a las necesidades de producción de carne, y sobre nuestra propia responsabilidad como especie, como animales racionales, como escalón -en teoría- más alto de la evolución, sugiriendo a veces un mañana no mucho menos utópico que el que sugiere Víctor Sampedro en el que quizá nos avergoncemos, y nos escandalicemos, de haber matado y hecho sufrir a tantos miles de millones de animales cada año.
Dietética digital
Víctor Sampedro Blanco
Icaria Editorial
23,00 euros
El día que dejé de comer animales
Javier Morales
Sílex Ediciones
10 euros
Publicado el 10 de agosto de 2018