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El milagro de San Martín

“A Roque, en su cotidiana salida a la sierra, sin faltar, hiciera frío o calor, le gustaba variar sus rutas. Aunque, en puridad, su recorrido estaba marcado por los agentes climatológicos y el instinto de los animales. Según soplara el viento, que las cabras gustaban de percibir en su hocico en verano, –o por el contrario sentirle de espaldas en invierno– y el color del cielo, tiraba hacia una u otra parte, siempre evitando el rocío, tan perjudicial para el primer pastoreo de los animales. Roque conocía el estado del tiempo por esa sabiduría innata, sedimentada por el poso de generaciones, que a veces expresaba conducido por refranes cabreros: “Por San Andrés, las cabrillas al poner”, se decía apenas aún de noche, sin reloj o cosa que se pareciera, y comenzaba el avío del día, como denunciaban aquellas cuatro o cinco estrellas, más conocidas por “cabrillas”, amanojadas y refulgentes; o para averiguar el tiempo, contemplaba la luna con aquel cerco que delataba su cambio; o se fijaban en el aliento del ganado; o pregonaba en voz alta, como para que se enterase el rebaño: “Cielo emborregado, a los tres días mojado”.

“Cuando el tiempo era azul, trepaba hacia el norte, hacia la Cuerda de los Infiernillos, dirección Tormantos; si el día traía aire del sur cogía el rumbo de Collado Alto, y por contra, si venía del norte, tomaba la dirección del costado opuesto, por la Cuerda del Moro; si amenazaba lluvia, permanecía en los alrededores, sin separarse mucho del aprisco, más bien deslizándose monte abajo, por las laderas de las Moriscas, hacia el pueblo, aún con sierra por delante. Aunque también influían otros factores, como los días de ventisca, la prisa, los festejos u otros quehaceres; pero eso sucedía de forma excepcional; pues, como él mismo proclamaba, “el ganado es lo primero”, y sacrificaba cualquier placer personal en beneficio de sus animales”.

Este corto fragmento pertenece a la novela “El milagro de San Martín”, escrito por el que firma este artículo y que se presenta en la Casa de la Cultura de Garganta la Olla el próximo fin de semana durante sus fiestas de San Martín de Tours, cuyo convento en ruinas se encuentra en las inmediaciones de la población.

La novela, basada en hechos reales, es una espada en alto en defensa de las preservación de la Naturaleza, tantas veces pisoteada por los intereses de ciertas clases, generalmente pudientes, camastronas y egoístas, y un alegato de la libertad e igualdad de todos los seres humanos.

Publicado el 4 de abril de 2018

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