
Reliquias de la Última Cena como el sagrado Mantel, trozos de la Cruz de Cristo o copias de la Sábana Santa son algunos de los atractivos que Extremadura ofrece en estas fechas.
El Jueves Santo los católicos conmemoran la Última Cena, velada en la que, según la Iglesia, Cristo instituyó el sacramento de la eucaristía. En Coria se conserva el que la tradición considera el mantel que se utilizó durante aquella velada, una reliquia única en toda la cristiandad que puede visitarse en el museo de la catedral cauriense.
Aunque muchas leyendas rodean esta pieza, la teoría más extendida nos dice que santa Elena lo habría llevado a Roma en el siglo III; después, habría pertenecido a Carlomagno y finalmente habría caído en manos del Temple. Los caballeros templarios podrían haber escondido el mantel en Coria, antes de su huida hacia Portugal. Según me transmitía Óscar García, técnico del museo de la catedral, hay una leyenda “que dice que los templarios tenían un mantel y que haciendo una serie de conjuros se llenaba de alimentos. La base de realidad de esta leyenda estaría en la costumbre de los templarios de, cada jueves santo, sacarlo para dar de comer a los pobres”.

Aunque durante los siglos XV y XVI la reliquia gozaba de gran popularidad, en 1791 el obispo Juan Álvarez de Castro prohibió las ostensiones públicas debido a los tumultos que formaban los fieles. Así, cayó en el olvido hasta los años 60, época en la que se le practicó un estudio científico en el Museo de Ciencias Naturales de Madrid. Al parecer, los expertos que participaron en esta investigación estaban convencidos de que la pieza tenía una antigüedad superior a los 2000 años.
El mantel está siendo estudiado por John Jackson, director del Turín Shroud Center de Colorado; el científico cree que tras la muerte de Jesús, se valieron de lo que tenían más a mano para amortajar su cuerpo: el mantel de la Última Cena. “En esta celebración se usaban dos manteles y su idea es que el de Coria es uno de los manteles y el otro sería la sábana santa. El de Coria cree que sería el mantel propiamente dicho, por la riqueza decorativa que tiene, y la síndone podría ser el mantel que se usaba por puro simbolismo, para tapar los alimentos por aquello de la huida de Egipto y la caída del maná bíblico”, explica Óscar García.
Las copias extremeñas de la sábana santa
Y hablando de la sábana santa de Turín (en este podcast os cuento más cosas sobre la síndone), en Extremadura contamos con varias copias de la misma. Fueron pintadas por artistas medievales y solo algunas se santificaban por contacto con la original.
En Guadalupe hay dos copias. La más antigua fue confeccionada en 1568, estando la síndone en Chambéry (Francia), en el seno de la casa de Saboya. Tiene un tamaño similar a la de Turín; el hombre de la sábana santa aparece pintado en tonos marrones, las manchas de sangre en colores rojizos y porta una corona de espinas. En uno de los laterales de la tela se lee que no solo ha sido tocada por la reliquia de Turín, sino que ha reposado encima de ella.


La otra copia guadalupense es posterior y de tamaño menor; aparecen unos ángeles que sostienen la tela. Fue traída hasta el monasterio por un empleado de María de Austria, hija de Carlos V.

Aunque las de Guadalupe no están expuestas, sí que está a la vista del público la copia que se conserva en la catedral de Plasencia. Está documentada en 1620 y fue pintada en Turín por el taller de Girolamo della Rovere, quien tenía licencia para hacer reproducciones del original.
Reliquias de la corona y de la cruz
En la región existen otras piezas relacionadas con la Pasión de Jesús. En el museo de la catedral de Coria se conserva, por ejemplo, una supuesta espina de la corona de Cristo así como un lignum crucis, es decir, un fragmento de madera que habría pertenecido a la cruz de Jesús. En el monasterio de Guadalupe, igualmente, existe otro lignum crucis que fue depositado por el rey Enrique IV de Castilla en el relicario de la patrona extremeña.
La catedral de Badajoz también cobija su propio pedazo de la cruz, igual que Puebla del Maestre, donde incluso van más allá y tienen por patronas del municipio a las sagradas reliquias. Desde hace dos siglos y medio, en un relicario ubicado en la capilla del sagrario de la parroquia del Salvador del mundo, en la localidad, guardan lo que consideran una espina de la corona; un pedazo de manto, un trozo de esponja y un segmento de cuerda, todos objetos que habrían estado en contacto con Jesús de Nazaret, así como un fragmento de la síndone y otro lignum crucis.
Y hablando de restos de la cruz, en el palacio cacereño de los duques de Abrantes se veneró uno de los lignum crucis más grandes de toda la cristiandad. Según la leyenda, el cardenal de origen placentino Bernardino López de Carvajal y Sande habría sustraído la reliquia cuando ejerció como titular de la basílica de la santa Cruz de Jerusalén (Roma), trayendo la pieza hasta Extremadura. Me lo contó el historiador cacereño Antonio Rodríguez en el transcurso de esta entrevista:
Como hemos podido comprobar, Extremadura es un destino ideal para todos los que deseen estar en contacto con objetos de poder atribuidos a la divinidad.
Misterios de la Semana Santa extremeña I
Publicado el 29 de marzo de 2018
Texto de Lourdes Gómez para su columna Extremadura DesVElada