Con vino se hace el camino y quien elija DO Ribera del Guadiana,no se arrepentirá porque la calidad de los caldos extremeños no ha hecho más que crecer desde que, hace más de dos décadas, lucen este distintivo que los sitúa al nivel de las denominaciones Rioja o Ribera de Duero.
Una treintena de variedades de uva se acogen a la DO Ribera del Guadiana, con la Tempranillo y Macabeo como más conocidas, junto a autóctonas, como Pardina, Cayetana o Eva. Fruta que crece en buena parte de la provincia de Badajoz y sureste de Cáceres, dibujando un mapa vitivinícola que abarca las zonas pacenses de Tierra de Barros, Matanegra, Ribera Alta, Ribera Baja y las cacereñas de Cañamero y Montánchez. Un área geográfica muy extensa, de municipios unidos por la producción y cultura del vino.
D.O. Ribera del Guadiana, excusa para el enoturismo
Conocer la Denominación de Origen Ribera del Guadiana es una excelente excusa para hacer turismo y enoturismo en Extremadura.
La Ruta Ribera del Guadiana es el producto nacido al hilo de la distinción gastronómica, con propuestas de ocio para practicar todo el año. Recorrer viñedos, adentrarse en bodegas, participar en catas, sentir los beneficios de la vinoterapia en carne propia, experimentar el mejor maridaje entre los vinos y la cocina extremeños y practicar turismo patrimonial, de cultura y religioso, además de activo y de naturaleza, forman parte de su oferta.
Brindis con cava o pitarra
Extremadura también produce cava y está representada en el consejo regulador nacional de la DO Cava, con la producción en exclusiva de Almendralejo, aunque fuera de la denominación también se preparan vinos espumosos en la zona de Guadalupe.
La producción vinícola no es nueva en Extremadura, como se recuerda cada septiembre en la Fiesta de la Vendimia de Villafranca de Los Barros, de Interés Turístico Regional, donde se recrean las escenas más propias del oficio con personajes rescatados de antaño, de cuando la uva se pisaba.
De hecho, se sigue pisando para producir vino de pitarra, sobre todo en el norte de Cáceres que es uno de los pocos sitios de España en el que se mantiene esta tradición.
No sólo eso, sino que se revitaliza incluso la afición por elaborar vino casero de forma artesanal y doméstica, con nuevas generaciones que se dedican a ello y la convocatoria de concursos de cata que se convierten en auténticas fiestas. Como la de San Martín de los Vinos en Sierra de Gata.
Arraigada costumbre, no solo en entre los serragatinos, sino también en Las Hurdes o La Vera, la de elaborar vino de pitarra, que no se comercializa a gran escala, sino que se limita a la venta de proximidad, con lo que mantiene ese saborcillo del tú a tú, ese regusto de que te inviten a brindar con él con un vaso en la mano.
Independientemente de que se elija Ribera del Guadiana, Cava Extremeño o Pitarra, lo que está claro es que ir de vinos por Extremadura es un recomendable placer.
Fotografías Andy Solé y planVE
Publicado en mayo de 2017
3 comentarios
Que hermosa propuesta enoturística, muy pronto los visitaré.
¡Claro que sí! Esperamos que disfrutes esa visita
Me extraña que no se mencionen los vinos de Almendralejo.