“Sabemos mucho más sobre cómo no quedarnos embarazados que sobre cómo quedarnos. La sabiduría acerca de la anticoncepción es el valioso fruto de la lucha histórica del feminismo. Pero para la otra batalla, la del conocimiento de nuestro cuerpo, la de la salud reproductiva, nos hemos quedado con las fuerzas mermadas”. Esta reflexión de Silvia Nanclares es fundamental en su novela Quién quiere ser madre, una realidad en los tiempos que nos ha tocado vivir.
Algunos podrían decir que para hablar de esto ya existen los manuales médicos y hasta algunos libros de autoayuda. Sin embargo, la autora que hoy nos acompaña ha compartido una parte de su vida, en una novela de la que podría vaticinar que dentro de varias décadas se consultará como un relato fiel de los tiempos que le ha tocado vivir a muchas mujeres de nuestros días, herederas de la igualdad, de la bonanza y también de la crisis.
Silvia Nanclares crea una historia actual, llena de aplicaciones en los teléfonos móviles, con trabajos en el mundo cultural, siempre efímeros, mal pagados y estresantes. De amigas que hablan por Skype y de aquellas que están siempre a tu lado. Una novela de un tramo de su vida, que se puede parecer a la de muchas otras personas, de allí su importancia. Se parece a la vida de mujeres que han crecido en igualdad con los hombres, pero que de pronto, cuando tropiezan con el muro de los 40 años, en algunas de ellas se despierta el deseo de ser madres, madres realizadas, maduras, seguras de sí mismas, pero que es entonces cuando comienzan con la que será otra de las grandes batallas de la vida: concebir un hijo cuando la curva de la fertilidad va en caída.
Concepción a la manera natural, fertilización in vitro, quizás recurrir a la magia del “cambio de aguas”, hacer yoga, pertenecer a grupos de apoyo, endeudarse, encontrar médicos “majos”. En fin, todo un mundo que subyace detrás de un deseo tan natural como la vida: tener un hijo. Sin embargo, Quién quiere ser madre encontramos no se centra solo en el tema de la maternidad, sino que nos presenta subtramas que evidencian nuestra realidad: la dependencia de los hijos en una adolescencia muy prolongada, los trabajos precarios, el estrés, la soledad de los mayores y también los duelos. La pérdida del padre, por ejemplo, es un tema que corre paralelo a toda esta historia de la creación de una vida.
Vivimos en un momento en que algunas mujeres tienen que hacer un esfuerzo enorme para quedarse embarazadas, mientras que otras hacen añicos aquella premisa de que no hay amor mayor que el que se tiene a un hijo y se arrepienten de haberlos tenido, a la vez que en otros países, alejados de nuestra zona de confort, hay niñas que tienen niños, muchos niños, sin ni siquiera pensarlo, desearlo o proponérselo. Los temas del aborto y de la maternidad subrogada siguen siendo polémicos y generadores de profundas discusiones.
¿Quién quiere ser madre? te hace vivir de cerca momentos íntimos. Sus personajes son cercanos y actuales. Nanclares tiene una prosa ligera, sabrosa de leer, llena de referencias a la vida en una gran ciudad, los barrios, las salidas nocturnas. Nos habla de canciones, de libros y de viajes. Es tan cercano que, aunque ofrece muchísima información, esta se entreteje estupendamente con la trama, como un diario bien escrito al que la autora ha tenido que meter dosis de creación con un resultado totalmente verosímil.
Mientras leía ¿Quién quiere ser madre? Pensé en Élisabeth Badinter, la filósofa francesa que leí con fruición hace ya más de 20 años, pero también en la poeta venezolana Maritza Jiménez que escribió un poemario desgarrador sobre sus múltiples pérdidas, titulado Hago la muerte. También he recordado lo que me contó una amiga que decía una señora de Tierras de Granadilla, una señora llena de sabiduría popular que afirmaba que a los hijos había que tenerlos “cuando hierve la sangre”. ¿Cómo se conjuga eso con nuestra bandera feminista? Esa que seguimos enarbolando firmemente porque queda mucho por hacer.
Para finalizar también he recordado al escritor y crítico literario Julio Miranda que decía “Llega un momento en que uno tiene que elegir entre el pudor y el poema. Y la elección es siempre definitiva”. Silvia Nanclares escogió el poema, en este caso la novela y aquí lo tenemos.
(Este texto corresponde a la presentación de Quién quiere ser madre, de Silvia Nanclares, en la Feria del Libro de Plasencia 2017)
Publicado el 2 de mayo de 2017