Es uno de los valles más espectaculares de Extremadura. Vertebrado por la calzada romana de la vía de la Plata, el Valle del Ambroz da la bienvenida a los viajeros que llegan a la región por el norte de la comunidad autónoma.
La entrada a tierras extremeñas por Baños de Montemayor nos presenta una Extremadura repleta de singularidades, siendo la comarca del Ambroz uno de los ejemplos de riqueza natural donde el agua y la vegetación se fusionan a partes iguales.
El Valle del Ambroz es vida, es naturaleza en estado puro. Una comarca protegida por las montañas que han formado un paisaje único. Desde picos que superan los 2000 metros de altitud a llanuras que se extienden en las vegas de los ríos y gargantas que nutren de agua zonas de pastos y dehesas.
Senderismo todo el año
Montañas copadas por la nieve en invierno, cubiertas por un manto ocre en otoño y protagonistas de una explosión de olores y colores en primavera, ofrecen una sugerente invitación para perderse en su interior. Los senderos de la comarca nos guían para descubrir los secretos que el valle guarda en su interior.
Pasear por la Vía de la Plata y caminar sobre los restos de la calzada romana que aún se conservan es toda una experiencia. Subir al Pinajarro de Hervás o al puerto de Honduras en Gargantilla, perdernos en los bosques de La Garganta y Segura de Toro y descubrir un paraíso micológico entre castaños, algunos tan famosos como los de El Temblar. En el Ambroz también podemos conocer un antiguo nevero en La Garganta y descubrir El corral de Los Lobos.
El verano es una época ideal para perdernos por sus rincones más refrescantes. Siempre en ruta, podemos elegir entre un variado abanico de posibilidades para darnos un chapuzón en aguas cristalinas y de excelente calidad: la ruta al pantano de Baños de Montemayor, el paseo a La Chorrera de Hervás, el sendero que desemboca en el collado de Enmedio de Gargantilla o la espectacular y concurrida piscina natural de Casas del Monte.
Crisol de culturas
La ubicación estratégica de la comarca ha permitido el paso de civilizaciones durante siglos. El río Ambroz abre el camino entre las montañas y ha sido un lugar estratégico de conexión entre la meseta y el norte de la península. Los romanos dejaron sus vestigios en la comarca a través de la Vía de la Plata y hoy en día se mantiene su trazado en Aldeanueva del Camino, con su coqueto puente romano.
Las huellas que las distintas culturas han dejado en la zona también pueden apreciarse en el toro celta de Segura de Toro o en el barrio judío de Hervás. La pequeña localidad de Abadía puede presumir de edificios majestuosos como el paladio de Sotofermoso, con jardines renacentistas y patio mudéjar o los restos del convento barroco de la Bien Parada.
Nieve y aguas termales
El valle se tiñe de blanco en invierno. Sus cumbres recogen los copos de nieve que en verano se deslizarán por la ladera en forma de aguas cristalinas para llenar ríos y gargantas. En la estación más fría del año el valle recibe a los amantes de la nieve, que eligen pasar un día esquiando en la vecina estación de La Covatilla o haciendo muñecos de nieve en la base del Pinajarro.
Las aguas termales de Baños de Montemayor, tan apreciadas por nuestros antepasados romanos, son el refugio idóneo para las jornadas de otoño e invierno. Los tratamientos saludables se pueden compaginar con propuestas de relax, bienestar y belleza para mimar nuestros cuerpos.
Cualquier época del año es una sugerente invitación para conocer, descubrir y perderse por el Ambroz, disfrutar de sus gentes y de sus expresiones culturales, algunas de ellas con fama y reconocimiento regional como el Otoño Mágico, declarado fiesta de interés turístico desde 2011, o Los Conversos de Hervás con 20 años de tradición.