No hace mucho tiempo hablaba a mi buen Amigo Francisco de esta que es mi Tierra, Extremadura, de sus encinas y sus campos verdes, de sus paseos y su agua que es música, de sus gentes y sus camisas “remangadas”, de sus pueblos con puertas abiertas y sus ganados sanos y tranquilos… Le invité a caminar, a oler Extremadura, a disfrutar de un día de “tapeo”, de monumentos y de conversación sencilla, le invité a soñar y a comprobar que estos rincones son el lugar preferido de Dios… Y puestos a soñar, yo también sueño que un día ese buen Amigo podría fundir el blanco de sus ropas con el blanco de nuestros cerezos en flor del Valle del Jerte… invitado queda, Francisco.
Fotografía cedida por Mai Saki
Diego Neria es el autor de El despiste de Dios
Publicado en marzo de 2017
1 comentarios
De buena no, buenísima tinta sé que lo escrito y descrito por Diego es de sobra verdad,yo lo he escuchado en primera persona. Grande eres Miarma!!!!!