Al comenzar un nuevo año las personas acometen con encendida ilusión aquella que pretenden sea una nueva vida, o casi. Quieren rectificar algunas costumbres, eliminar hábitos insanos, portarse mejor con el prójimo, no enfadarse con los suyos al menor motivo y afinar algunos propósitos sociales más. La cosa parece un tanto inoportuna porque proponerse una reordenación importante de la propia vida cuando solo cambia el último dígito del calendario, sufre mucho el bolsillo y suben los impuestos afectando a casi todo lo necesario, no parece una tarea fácil de conseguir. Por esa razón, la mayor parte del personal convierte en fallidas aquellas intenciones que disimulada y rápidamente pasan al olvido.

Uno casi prefiere dejar esos intentos para cuando pueda comprobar con salud y alegría que el deneí sigue inexorablemente hacia adelante en el día, ese sí, que se me cambia el año. El de la edad, claro.

Sorolla en Plasencia

Parece más lógico y cultural para todos saber que el Ayuntamiento de Plasencia va a dedicar este año nuevo –entre otras muchas cosas- en rendir homenaje al gran pintor valenciano Joaquín Sorolla con motivo de que hace cien ellos estuvo aquí -en la capital del Valle del Jerte- para pintar el cuadro El Mercado. Una obra maestra, como todas las suyas, en la que se aprecia una  bellísima panorámica placentina. Apreciar al Sorolla de Plasencia sin tener que ir al Hispanic Society de Nueva York, es más  que un buen propósito que no puede fallar en estos nuevos 365 días.

Resulta más relajante, tanto para disfrutar del año muerto como del recién nacido, darle gusto a la retina observando la maravillosa fotografía naturalista de Antonio Fernández, así como la estupenda inquietud artística de los miembros de PlasenciaFoto. El primero y el resto placentinos y artistas todos. Y ya que empezamos algo, deseemos a los que nos mandan la ausencia de desatinos y a nosotros el  acierto de nuestras buenas intenciones.

Foto de A. Trulls

Publicado en enero de 2017