Hurgando, hace unos años, en los archivos parroquiales de la iglesia de Nuñomoral, dimos con unos amarillentos legajos que hablaban de la mayordomía de San Blas, fechados en 1797: “Siendo mayordomo Francisco Velaz, se gastaron nueve reales en pliego de papel para las relaciones; cuatro reales por media docena de cohetes; y noventa y ocho reales por enlanchar la ermita, en la que trabajaron Pedro Segur y Juan Martín”.
Más adelante, en 1800, cuando era mayordomo Francisco Rubio, se da cuenta de la existencia de un pendón, que no sería extraño que se flamease a lo largo de la procesión, como se hace todavía en algunos pueblos de comarcas vecinas. Dice la data: “Más por entrar el Pendón, 10 maravedises”. En 1814, cuando la Guerra de la Independencia estaba tocando a su fin, el Visitador General del Obispado de Coria, Antonio Gómez, realiza una inspección en la parroquia de Nuñomoral y pone mala cara ante las cuentas que aparecen en los libros, dejando el siguiente testimonio: “Se adatan los mayordomos el gasto de los cohetes, como igualmente en alguno el de tamborilero; y debiendo ser este gasto a costa de los Mayordomos, mandamos que el quiera autorizar la fiesta con cohetes y tamboril, que lo haga de su caudal, y no del de la Imagen”
Con toda seguridad que la fiesta en honor de San Blas viene de mucho más atrás. Posiblemente, “El Ramu” (años atrás, era de tejo, árbol sagrado para muchas antiguas culturas) que se pasea en la procesión, adornado con cintas multicolores, dulces tradicionales, frutas y otros regalos, tenga mucho que ver con arcaicos cultos dendrolátricos. Igualmente, las danzas en torno al “Ramu”, donde los danzarines “echan las relaciónih” (cánticos o composiciones romanceadas sobre vida y milagros de San Blas) y cuya coreografía la preside un personaje llamado “El Graciosu”, ataviado con pieles y con mitra a la cabeza, también se pierdan en la noche de los tiempos.
Como aquellas otras danzas de “Paléuh” (paloteados) y las de “Luh Cháncuh”, que, según recordaba Tío Pedro Alejandrino Lemus, se ejecutaban algunos años si las entrevísperas de San Blas habían matado algún lobo, el cual se arrojaba a los pies de San Blas (en otras ocasiones, era a los de San Antonio) y varios danzarines, subidos en unos rústicos zancos de madera, bailaban en torno al animal muerto.
Hogaño, volverán a bailarse en Nuñomoral las danzas del “Ramu” y del “Cordón” (¡ojalá rescataran las que aún continúan en la memoria de los mayores!) el próximo 3 de febrero, festividad de San Blas, cuando un grupo de danzarinas honren al santo, acompañadas por el tamborilero Óscar Duarte Canuto. Esta jornada se abrirá, al alba, con un pasacalles tradicional, que despertará al personal para que se vaya poniendo sus galas y acuda a la solemne misa y a la alegre procesión, acompasada por el ritmo de la gaita, el tamboril y las castañuelas. Al terminar los actos religiosos, llegarán las danzas y, luego, el personal llenará la andorga con los pinchos que ofrece el Ayuntamiento. Asomará entonces la charanga “Clave de Sol”, que iniciará su recorrido por calles y plazuelas. Por la tarde, “Paintball” en el paraje de “Doña Abril”, organizado por “Tras la Huella Jurdana”. A las 22,30, bajo las sombras de la noche, “batucada” por los bares, con concursos de disfraces y premios a los más originales. Se cerrará el día con la disco-móvil Dj David.
El día de “San Brasinu” (4 de febrero), a media tarde, estará presente la magia de Toni Rivero. Habrá competición de mus en el bar “Tania” y a eso de las diez de la noche, el amigo TITO, de la alquería de El Rubiaco, siempre con su música a cuestas, divertirá a grandes y pequeños. A la luz de las estrellas (o bajo la opacidad de las nubes, si el tiempo está ofuscado), la “Factoría del Show” traerá de la mano al grupo “Vértigo” (montaje de sonido y luces, dinámica escénica y repertorio fresco y rockero). En lo que concierne al día 5, domingo, los más pequeños podrán disfrutar por la tarde actividades en la plaza mayor: animación infantil, pintacaras, juegos gigantes, muñecos de la tele y castillo hinchable. La charanga “Chuku” pondrá el punto y final a estas fiestas de San Blas, que pasan por ser unas de las más antiguas de la comarca de Las Hurdes. El alcalde de Nuñomoral, Juan Carlos Sendín Sánchez, invita a todos los jurdanos y a las gentes de otras comarcas vecinas a disfrutar con entusiasmo de estos festejos, ya que, como decían los antiguos, ‘el que honra a San Brá, del mal del gargüeru no s,apenará”. Por algo dicen que San Blas, que fue obispo de Sebaste, es el abogado de los padecimientos de garganta.
Publicado: 30 de enero de 2017