“Jarramplas es pura adrenalina en la calle y puro sentimiento en las Alborás”, las dos caras de la fiesta grande de Piornal el 19 y 20 de enero por San Sebastián. Así lo definió el alcalde, Ernesto Agudíez, y hacen suyo los piornalegos que encarnarán en 2017 a Jarramplas, Ismael Vicente Vicente y Óscar Mateos Prieto.
Diez años han tenido que esperar para representar al mítico personaje que recibe un aluvión de nabos, 20.000 kilos, en varias salidas que realizarán por el pueblo debajo de una máscara terrorífica y un traje multicolor mientras hacen sonar el tambor. Es lo más visible y singular de Jarramplas, que sin embargo también tiene su componente religioso, de tradición y orgullo de todo un pueblo. Sentimientos a flor de piel, como indican los Jarramplas 2017 cuando se les pregunte que qué les lleva a querer ser Jarramplas y aceptar una lluvia de nabos recorriendo el pueblo calle arriba y calle abajo arrastrando fácilmente 80 kilos de peso.
Toda una responsabilidad para la que llevan preparándose desde el verano porque cada Jarramplas estrena su atuendo año tras año confeccionando pacientemente sus trajes con más 3.000 cintas de colores o fabricando más de 200 cachiporras con las que harán sonar el tambor tan característico de la fiesta y que podrán ir lanzando en su defensa.
El otro sonido también propio de Jarramplas son las alborás, con lugar destacado de entre lo que no puedes perderte de Jarramplas. Como tampoco la máscara, impresionante y ninguna igual a otra, que este año estrena réplica virtual para que todo el que quiera pueda ponerse en la piel de Jarramplas.
Un rito ancestral y mágico que desde que es Fiesta de Interés Turístico Nacional ha disparado el interés de numerosos visitantes que se suman a los vecinos para recibir a nabazos a Jarramplas. Tanto que pese a la paliza que se lleva Jarramplas, ya hay lista de espera hasta el 2037.
Publicado en enero de 2017