El edificio de la esquina de la Plaza Mayor con la calle de los Quesos albergó durante 70 años el casino de Plasencia. Un edificio singular, ejemplo de la arquitectura culta del siglo XX, que incorporó hierro y vidrio en su construcción.
Resguardado bajo los soportales, se inauguró el 31 de mayo de 1906, coincidiendo con la boda de Alfonso XIII y Victoria Eugenia. Como tal se mantuvo hasta los 70, una década en la que las bajas de socios y las dificultades para pagar el alquiler de los que permanecieron como tales, le pusieron punto final.
En verano de 2015 fue recuperado para el ocio, con la apertura del restaurante Plaza 30, después de años en los que o estuvo cerrado o acogió distintos negocios.
El espíritu del casino sigue vivo
Muchos recuerdan el Casino de Plasencia como un punto de reunión excepcional de los socios del Círculo Placentino. De hecho, muchos vecinos le siguen llamando ‘el casino’. Fue un lugar con glamour en el que se celebraban bailes y compartían conversaciones en su bar, pero al que también se podía acudir para participar en juegos de mesa o disfrutar de la lectura en un salón específicamente preparado para ello.
Ese espíritu se ha tenido muy presente en su recuperación como Plaza 30, regentado por el empresario Carlos García Velasco, respetando elementos arquitectónicos como las columnas y piedra originales del casino o introduciendo clásicos como una barra de mármol. Detalles que hacen de su decoración algo único y que hacen que el ‘casino de Plasencia’ no pase inadvertido.
Publicado en enero de 2017