
Las máscaras no son solo para el Carnaval ni las bicis para el verano, en Extremadura hay fiestas de máscaras únicas como Jarramplas, las Carantoñas y Los Negritos de San Blas que reviven cada año en Piornal, Acehúche y Montehermoso respectivamente. Son fiestas tradicionales que dan además la bienvenida al año porque se celebran en enero y febrero y lo hacen entre máscaras, pero también caretas, disfraces o caras tiznadas entre ritos ancestrales que las hacen imprescindibles para todo viajero curioso.
Jarramplas, en Piornal
El calendario de fiestas con máscaras se inicia en el pueblo más alto de Extremadura, Piornal. Cada 20 de enero cuando más hiela sale un capitán fuerte a poner bandera se canta en las alborás que anuncian a Jarramplas, un personaje ataviado con un traje lleno de cintas muticolores y cubierto por una máscara cónica que recorre desde la víspera las calles del pueblo tocando el tambor mientras recibe una lluvia de nabos que le arrojan los vecinos.
Se dice que como castigo porque fue un ladrón de ganado, pero lo cierto es que Jarramplas, Fiesta de Interés Turístico Nacional, representa el orgullo de todo un pueblo y hay cola entre sus vecinos para encarnar a Jarramplas. Un rito genuino en el corazón del Valle del Jerte que atrae a viajeros de todas partes y que representa a Extremadura en el Festival de Máscaras Ibéricas que comparten España y Portugal.
Las Carantoñas de Acehúche
En el Festival de Máscaras Ibéricas son también dignas representantes las Carantoñas de Acehúche, que también salen por San Sebastián el 20 de enero en esta pequeña localidad de la Rivera de Fresnedosa en Cáceres. Acehúche se llena de personajes con las cabezas cubiertas por caretas monstruosas con o sin pieles de animales y pueden llevar dientes, orejas de animales o pimientos, pero lo que no les falta es, de la mano. una rama seca de acebuche.
Se dice que representando el martirio del santo, tan respetado por las fieras, y de hecho las carantoñas salen a reverenciar a San Sebastián cuando les sale al paso en la procesión entre cantos, danzas y tiros al aire. Antes las mozas habrán engalanado las calles vestidas a la usanza tradicional, reagoras se las llama porque van sembrándolas de romero. Cuando salga la vaca tora, que es una carantoña con cuernos que lleva colgado un gran cencerro, las demás huyen asustadas y todos los participantes acaban en el convite de vinos y dulce por parte del mayordomo en esta Fiesta de Interés Turístico de Extremadura.
Los Negritos de San Blas, en Montehermoso
Ya en febrero, en Montehermoso, los que salen en escena son los Negritos de San Blas, que no llevan máscara, pero recorren el pueblo con la cara tiznada de negro danzando al son del tamboril y a las órdenes del Palotero, que parece el bufón de la fiesta por su inusual vestimenta que contrasta con la de los danzarines, ataviados con el traje típico de Montehermoso. La fiesta se inicia la noche de las candelas, el 2 de febrero, con las caras lavadas y es el día grande, por San Blas, cuando se les realiza el ritual del tiznado de caras como manda la tradición. Dice la leyenda que pertenecían a una familia que acudía a pedir limosna y que decidió ocultar sus rostros cuando se les acabó el repertorio. Hoy en día es Fiesta de Interés Turístico de Extremadura y toda una seña de identidad de Montehermoso, en el Valle del Alagón, que de por sí representa la esencia misma de Extremadura.
Discover the Fiesta of Masks in Extremadura
Publicado en diciembre de 2016