Turrones de limón y más frutas, de Jijona y chocolate de toda la vida, mazapán, bocaditos con cabello de ángel, polvorones… cobran protagonismo en Navidad en la repostería de Las Dominicas, las únicas monjas de Plasencia que hacen dulces todo el año en su convento de clausura de La Encarnación. Bocados que saben a gloria, sin conservantes ni colorantes, que las hermanas de la comunidad religiosa elaboran de forma artesanal.
En las estanterías de la pequeña dulcería se exponen otras delicias, desde las perrunillas extremeñas hasta mantecados, madalenas, cuadraditos de chocolate, amarguillos que despistan porque están la mar de dulces, yemas de Santa Rosa, almendrados, lazos de hojaldre o galletas surcadas, que se pueden comprar todo el año. Famosas son también las empanadas que elaboran por encargo.
Delicias camino de la Catedral
El buen hacer de las Dominicas de Plasencia deja huella y de hecho hay viajeros que prueban sus dulces y les hacen encargos por teléfono para que los envíen hasta donde viven. Muchos las descubren por casualidad, mientras van camino de la Catedral en el recorrido turístico por Plasencia, porque la dulcería se encuentra en la calle de La Encarnación que va desde la de Talavera hasta la seo. Lejos de ser pecado, atravesar su puerta es un placer que endulza la vida.
La dulcería de las Dominicas en Plasencia abre de lunes a viernes de 9.30 a 13.30 y de 16.30 a 18.30 horas y el sábado solo en horario matinal. Los domingos y festivos, la dulcería está cerrada.
Publicado en diciembre de 2016