
A ti te quiere mucha gente algunos ratos, pero yo solo te quiero siempre.
No sé donde he oído o leído esa frase, que apodero como propia, cuando se trata del cariño. El asunto es que a uno no le gusta rimar pero sí escuchar los versos de otros cuando esos hablan de la vida.
El poeta Jorge Manrique creó el pie quebrado, unos versos de estrofas armoniosas compuestas en octosílabos, una obra poética a la que se le bautizó como manriqueña y en las que palabras y versos frecuentaban el amor. Ahora, ese pie no se me pierde quebrado porque otros con sus voces me lo mantienen firme. Nuevos versadores como Porta y Kase.O me lo fortalecen.
Un ejemplo: A ti que me has pillado/observándote en silencio, como tratando de dar una explicación a tu belleza/Dicen que la belleza es lo que uno ama/Si esto es así, o tú eres muy guapa o yo te quiero mucho.
Pienso que desde que te tengo nada es igual/porque tu me has demostrado ser una persona especial con tu extraña elección/no sé lo que te llamó la atención, si no me caben más defectos/La alegría y tu sonrisa muestran al mundo como si fuera perfecto/Eres para mi un misterio.
Eso es lo que nos viene a decir Kase en EL CÍRCULO; un compendio de sus últimos versos grabados para el disfrute de muchos. A no ser que seas de piedra, sientes que te gira el sentimiento al mismo tiempo que se te revuelven las palabras del corazón. En este olor a viejo que aromatiza supuestos nuevos tiempos, conmueve el verso de Javier Ibarra, baturro Kase.
Uno, que tira hacia el rock bien hecho, al blues y al jazz no puede de dejar sentir las palabras, el verso continuo, pie sin quebrar que huele a virus nuevo, ese que afecta al corazón de gravedad benefactora.
Publicado: 2 de octubre de 2016