El encanto de Plasencia como ciudad medieval no solo se corrobora en sus fortalezas y palacios, en sus estrechas calles, en sus anchas murallas, sino también en sus tradiciones, como su mercado semanal que lleva celebrándose más de 800 años y que se festeja cada primer martes de agosto con un Martes Mayor, fiesta grande del verano en Plasencia junto al Festival Internacional Folk Plasencia.
Un encuentro que es la exaltación del mercado donde cada martes acuden los hortelanos de las comarcas a vender sus productos. Plasencia, abrazada por el río Jerte, es hogar de más de 40000 personas, pero también el punto de referencia de muchos otros que recorren sus calles en busca de productos y servicios, así como de miles de turistas que descubren en sus plazas, rincones y en su gastronomía una ciudad llena de opciones para el disfrute.
Valle del Jerte
Desde un balcón muy especial, en lo alto de Tornavacas, pero también desde varios puntos de Plasencia se divisa el Valle del Jerte, una estrecha hondonada que es conocida por producir las mejores cerezas del mundo y que durante unos 10 días al año se cubre de blanco por la floración de más de un millón y medio de cerezos. El Valle del Jerte ofrece actividades al aire libre, una rica gastronomía y numerosos senderos. En enero, por San Sebastián, en el alto y frío Piornal, Jarramplas sirve de catarsis colectiva y de fiesta vecinal. Al final de la primavera la recolección de las cerezas aviva el valle con el trasiego de recolectores y vendedores y en verano el sosiego se concentra en las piscinas naturales, aquí se encuentra además una de las mejores de España, la Garganta de los Infiernos, que junto a Monfragüe ocupa también los primeros lugares entre los paisajes más fotografiados.
Monfragüe y los Riberos del Tajo
Las orillas del Tajo son amplias y los pueblos se suceden por montañas y llanos a sus alrededores, en esta zona destaca el Parque Nacional de Monfragüe, lugar de visita obligada para los amantes de la ornitología, pero también de la vida silvestre, de los paseos en familia y de las rutas senderistas. Famoso por la berrea que se puede escuchar cada principio de otoño y por la celebración de la FIO, Monfragüe reúne paisajes de agua y montaña con su Salto del Gitano y las hermosas vistas desde su castillo. Aunque no es el único castillo, a él se suma el de Mirabel, rodeado de bosques y muy cerca de Serradilla, una localidad tan particular que tiene su propia lengua, donde veneran un Cristo antiquísimo y son amantes de las producciones de cine. Los Riberos del Tajo también acogen el convento más pequeño del mundo, el del Palancar, y algunos lugares tan mágicos como Villa del Arco, abandonada por su gente, pero llena de vida.
La Vera
La amplia comarca de La Vera, plagada de sembradíos y cruzada por el río Tiétar y caudalosas gargantas, tiene una carga histórica muy importante. A pocos kilómetros de Cuacos, está el Monasterio de Yuste que sirvió de última morada para el Emperador Carlos V, lo que trajo a esta comarca un ir y venir de nobles y soldados que dejaron en sus pueblos profundas raíces. La arquitectura verata añade hermosura a unos pueblos rodeados de verde y agua, en su gastronomía destaca el pimentón, que llena de sabor y colorido los platos de España y el mundo. Sus leyendas y tradiciones también trascienden sus montañas, como la de La Serrana de La Vera y se viven en sus calles como en el Baile de las Italianas, en los danzantes de los distintos pueblos y los saludos a fuego vivo de los Escobazos de Jarandilla. No falta la entrega y la sumisión de los Empalaos en Valverde y cuenta con lugares tan particulares con el Cementerio Alemán.
Coria y el Alagón
En la comarca del Alagón encontramos poblaciones como Montehermoso, famosa por sus sombreros típicos y sus hortalizas, pero también Portezuelo, con su castillo en lo alto y su leyenda de la Marmionda. Las amplias zonas de dehesa de esta comarca la hacen próspera en ganadería, Acehúche destaca por sus quesos y sus Carantoñas y Galisteo por su bonita muralla bien conservada. Aquí encontramos Coria, con vida desde época romana y una enorme catedral donde se guarda una reliquia sin igual, el mantel de la última cena de Jesús. Además, cada año cientos de personas surcan en piraguas el río en el Descenso del Alagón o se dejan llevar por la música en el Festival Internacional de Guitarra de Coria.
Valle del Ambroz- Granadilla
La calzada romana conocida como la Vía de la Plata la dibuja hoy una autovía que une Extremadura de norte a sur. En su parte más septentrional tiene de lado a lado lugares singulares, uno de ellos Cáparra y su arco tetrapylon, único en España, así como el pueblo sin vecinos de Granadilla y el enorme embalse Gabriel y Galán donde destaca el Anillo para deportistas de élite y desde donde se recomienda contemplar las estrellas por lo oscuro de su cielo.
Al pie de la sierra, Hervás muestra su barrio judío y sus Conversos, mientras Baños de Montemayor, que fue sitio de peregrinaje en época romana por lo beneficioso de sus aguas sigue aun ofreciendo sanación y relax a multitud de personas. Lugares para visitar en cualquier estación del año y en verano, porque permite paseos históricos y baños en las gargantas que bajan al Ambroz y en el propio río que lo atraviesa y le da nombre.
Sierra de Gata
Pocas comarcas reúnen en poco más de dos docenas de localidades cinco conjuntos históricos y un habla propia que sigue viva en el día a día de su gente . También momentos únicos a lo largo del año, como el avistamiento de grullas en el embalse de Borbollón, la fiesta de los vinos de San Martín de Trevejo, el encuentro transfronterizo entre Eljas y Foios para asar castañas y la antigua tradición del Pino Marro en Descargamaría. En verano ofrece piscinas con aguas cristalinas, frías y con estupendas instalaciones, pero también innumerables senderos para recorrer y paisajes para descubrir desde el castillo de Trevejo, la Almenara de Gata o desde cualquier rincón de las carreteras que la recorren.
Las Hurdes
La comarca más singular de Extremadura por lo intrincado de su geografía, Las Hurdes se compone de más de 40 localidades dispersas entre sus montañas. Su cultura ancestral se hace patente en fiestas como La Enramá, el “Robu de la albehaca” o los carnavales hurdanos, con seres míticos, tradiciones donde no falta nunca el repique de los tamborileros. En Las Hurdes cada año un grupo de senderistas sale a andar tras los pasos de Alfonso XIII y los visitantes no se marchan sin haber visto el imponente Meandro Melero. En verano, Las Hurdes ofrece variedad de piscinas, desde las enormes de Casar de Palomero o Pinofranquedo con paseo “marítimo” incluido, hasta el encanto de La Olla en las Mestas, donde las piedras regalan a los bañistas terrazas y trampolines rodeados del verde empinado de los montes.
Campo Arañuelo
Esta comarca, con Navalmoral de la Mata a la cabeza, sirve de puerta de entrada desde Madrid a Extremadura con la imponente presencia de la Sierra de Gredos y además de sus paisajes y símbolos, como el palacio que se otea desde la carretera, tiene fiestas como el Carnaval de Navalmoral, Fiesta de Interés Turístico Regional, que reúne en sus calles miles de personas. Una ciudad que también cuenta con el Centro Cultural La Gota-Museo del Tabaco en un edificio de diseño que destaca entre sus calles y a pocos kilómetros, en dirección al Geoparque de las Villuercas, los enormes Mármoles de Augustóbriga salen de la profundidad del pantano para recordarnos un pasado romano. Campo Arañuelo alberga también un Orchydarium en Almaraz, donde hay hasta una orquídea autóctona, la Almaracensis.
Publicado en agosto de 2016
Plasencia and the Northern counties of Extremadura: common destiny
2 comentarios
Qué tierra tan bonita tenemos!
¿Verdad?