Siempre que hablamos de ella nos referimos a una eterna bella dama, es la calificación que mejor se le ajusta. A veces es acalorada y otras un poco fría, pero si la sabes ceñir a tu corazón entenderás por qué tiene temples y genios variables, que no son caprichosos porque los manifiesta con razón y cuando le corresponden por derecho.
Comprenderla no es difícil, solo tienes que mirarla para que te conmueva hasta los redaños con su arte y belleza. Admirarla es la consecuencia.
Aunque tiene un collar de piedra que circunda lo más íntimo y hermoso de ella, su diversidad se expande más allá de lo que muestra en su profundo interior.
Su corazón suena a espadas, a jazz, a blues, a conquistas, a flamenco, y cuando se pone marchosa no hay quien le pare el rock and roll.
Tiene un carácter multifacético porque te aporta cultura, amor, genio, pasión e historia de la vida. Sorprende lo distinta que puede ser siendo ella misma. En ciertas ocasiones llega a presentar su carácter de fresca, porque alivia ardores y proporciona otros desahogos, pero nunca por ello ha mostrado indicios de frívolidad. No es ninguna adivinanza, ya saben a quién me refiero.
Publicado el 8 de julio de 2016
Texto y foto de Alfonso Trulls para su columna Impresiones de un Foráneo