Uno, como todos los atraídos por esta amable, íntima e histórica ciudad, la ha admirado en su esencia. Mirándola, tocándola, oyéndola y embobándome con su planta y su gallardía.Alguna vez me han preguntado cómo consigo escuchar a esta ciudad en mis oídos, como se puede unos aislar de la bulla cotidiana para oírla. Y les digo que escuchen el Amor Brujo, por ejemplo, u otra música que les atraiga y que la guarden en la memoria porque dando veinte pasos para delante o para detrás, saltará la melodía envuelta en un hechizo de históricas piedras. Y que la van a escuchar enriquecida al tentar la Catedral, también observando al Divino Morales mientras imaginan la espesura de las aguas del Jerte, llenando sus miradas con el placer del asombro.
¡Uf! Puro romanticismo, aunque les aseguro que es casi cotidiano.
No lo dice uno, lo sienten muchos más. Sin ir lejos, unos jóvenes del Centro de Educación Especial Ponce de León presentarán, el próximo 27 de mayo, una vista a los lugares más emblemáticos de Plasencia a través de su propia expresión corporal. Murales en tela, escenas móviles de expresión corporal y otras actividades, nos mostrarán una perspectiva de la ciudad que motivará todos los sentidos. O sea, una Plasencia en vivo, en cuerpo y en gesto. Genial.
Fotografía de Alfonso Trulls para su columna Impresiones de un Foráneo
Publicado: 19 de mayo de 2016
