La Vera estalla de musicalidad por los cuatro costados. Los Conciertos del Emperador han abierto el balcón y por doquier se expanden las actividades musicales: grupos folklóricos, corales, música polifónica y gregoriana al son de órganos sonoros, música pop, interpretaciones de variados instrumentos, rondas callejeras…y hasta talleres. En este sentido y como ejemplo de esta vitalidad, traemos a colación la interesante celebración de unos talleres de música y pintura de los Conservatorios extremeños en el Museo Pecharromán de Pasarón de la Vera.
Treinta y cinco jóvenes músicos del aula de Flauta, acompañados por profesores y familiares, procedentes de los conservatorios de Música de Cáceres, Mérida, Almendralejo y Badajoz se concentraron en los Talleres educativos del Museo Pecharromán con una visita guiada y educativa al citado centro verato. Bajo el eslogan “Flauta y Naturaleza 2016”, los talleres están abiertos, según su director Ricardo Pecharromán, “a conservar, estudiar y difundir el patrimonio artístico de la Fundación, así como tomar iniciativas que desarrollen las vinculaciones entre Arte y Música, en este caso, de forma genérica y en el ámbito más universal de la creatividad, que conlleva derechos y responsabilidades para todos”.
El maestro, Alfonso Ramos, músico y coordinador del encuentro manifestó que “con la visita al museo, cargado de obras de arte y cultura que emana por las cuatro paredes, en un entorno natural como el de Pasaron de la Vera y haber convivido alumnos de distintas ciudades con profesores, hace mucho más motivador el estudio diario”. Al final, en presencia del director del Museo e invitados, Alfonso Ramos en representación de los conservatorios, padres y alumnos dio las gracias a por su ayuda y generosidad manifestó: “Esperamos después de esta experiencia al igual que la orquesta OSCAM, la podamos repetir el año que viene, así que ya estamos trabajando en “Flauta y Naturaleza 2017”.
Y para rematar esta experiencia, queremos señalar esos otros conciertos y música del agua que baja de la sierra, del viento que sopla en los bosques de robles y pinares, o los cantos de los pájaros multicolores que se multiplican en la primavera.
No lo dude, amigo lector, la Vera en primavera es un auténtico auditorio donde, como decía Unamuno a su paso por esta tierra: “En aquella fragosidades, donde se dan los más dulces frutos, donde el tomillo y la jara aroman a los berruecos, parece que el campo es música de armonio monacal… y oscuros pensamientos de eternidad parecen brotar de la tierra”.
Publicado en abril de 2016