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Besar la tierra

Tras el rotundo éxito de Intemperie (Seix Barral, 2013), obra merecedora de numerosos premios y reconocimientos, nacionales e internacionales, el escritor extremeño Jesús Carrasco publica ahora La tierra que pisamos, su segunda novela. Se trata, como repetidamente se ha señalado, de una ucronía, es decir, pertenece al género qué hubiese pasado si, si los nazis hubieran ganado la guerra, por ejemplo, y utilizo el ejemplo de los nazis, aun cuando la ubicación temporal de la novela sea anterior en el tiempo –a principios del siglo XX–, porque mucho de lo que Jesús Carrasco dice de ese Imperio militar que, al parecer, según cuenta en la novela, ha colonizado España (y quizá Europa, y quizá el Mundo) recuerda a ellos, especialmente el catálogo de horrores derivados de la guerra y de la ocupación, aunque a poco que uno piense, y compare, ese catálogo de horrores –empleado con profusión antes y después de los nazis– hace tiempo que se ha convertido en triste patrimonio de la Humanidad.

Dos son los protagonistas de La tierra que pisamos, Eva Holman, la esposa de un alto mando del ejército de ocupación, que ha encontrado, con su marido, un plácido retiro en tierras de Extremadura, y Leva, un extraño, un proscrito, que aparece de repente un día junto a la valla del huerto para llevarse por delante y poner patas arriba, con su silencio y su amor desmedido por la tierra, la paz, la placidez aparente del matrimonio. Y hablo de placidez aparente porque en la novela hay elementos, como el rechazo de los Holman a vivir en el pueblo, junto al resto de oficiales, la muerte de su hijo en la batalla, el odio patente de Eva hacia su marido o su fama de rebelde, que anticipan la frustración del personaje, su insumisión, su firme disposición a no creerse las mentiras del Imperio. Sin duda por esas razones Eva no denuncia a Leva cuando comienza a merodear por la finca, cuando se decide a entrar y a buscar su hueco en el huerto, con la cara pegada a la tierra, a las hortalizas, arriesgándose con su silencio a ser denunciada por acoger a un indígena. Por otra parte, frente a la necesidad de Eva de contar, de escribir cada día su diario –y de narrarnos la historia escrita por Jesús Carrasco–, el atributo de Leva es el silencio, un silencio pertinaz que, como veremos, se ha convertido en su modo de sobrevivir, y cuando, a partir de un determinado momento, y a instancias de Eva, se ponga a hablar –aunque nosotros, los lectores, 29apenas lo escuchemos–, acabará por poner del todo en evidencia los horrores y mentiras que sustentan la realidad, la realidad de ese Imperio imaginario, ucrónico, de la novela, pero quizá, también, la nuestra, porque esos horrores que aparecen en el libro y que se abaten sobre una presunta Extremadura colonizada, subyugada, no son, al final, muy diferentes de los que sufrieron en muchas ocasiones las poblaciones indígenas cuando fuimos nosotros, los europeos, los colonizadores –véase el terrible ejemplo del Congo Belga–, y tampoco están demasiado alejados del drama que sigue viviendo por ahí mucha gente, a la intemperie, desterrada, para mantener nuestro bienestar, y porque la melancólica inquietud de Leva y su necesidad de desenterrar el pasado tampoco están muy alejadas de la sensación de desarraigo que todavía tienen, en este país, los que saben que sus antepasados aún están enterrados, de cualquier forma, en las cunetas, y todo ello, lo uno y lo otro, también forma parte de nuestra realidad, de nuestra aparente placidez, y hace de La tierra que pisamos –un libro desde luego hermoso, pues está escrito con mimo– un libro incómodo, pues nos interpela, nos hace preguntarnos por el mundo en que vivimos.

De todos modos, si desean saber más sobre el último libro de Jesús Carrasco, lo mejor que pueden hacer es pasarse el miércoles, 4 de mayo, a las 20:30 horas, por la carpa que habrá instalada en la Plaza Mayor, junto a las casetas de la Feria del Libro, donde será magníficamente persentado por Nicanor Gil y donde podremos averiguar, de la mano de ellos dos, muchísimas más cosas de esta tierra que pisamos.

la tierra que pisamosLa tierra que pisamos

Jesús Carrasco

Seix Barral

18 euros

 

 

 

Publicado: 29 de abril de 2016

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