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La alquería de Horcajo celebra el “Carnaval Jurdanu”

Las gargantas de “La Carabosa”, que se descuelga de “El Cotorru de lah Berroquérah” y aquella  otra del “Rihcu”,junto con el “Regatu de lah Majaíllah”, se retuercen en sus espumosas y cantarinas aguas y dan forma al río del “Jorcaju”, cuyo topónimo es bien significativo: horca que forman dos o más corrientes fluviales al hermanarse.

HORCAJO I
Horcajo entre las sublimes montañas de Las Hurdes (Foto: Genaro Ramajal Rural

Por encima de estos sinuosos cauces, el majestuoso pico de “Lah Tiéndah”, con sus 1590 metros de altitud, tan cargado de misteriosas leyendas de “loh móruh”, deslinda los términos de los concejos de Nuñomoral y Pinofranqueado.  Entre el antiguo y abigarrado bosque, se nos esconden parajes como “El Torrejón del Rihcu” y el “Madroñal de las Cuévah”, donde la huella de la prehistoria confirma y conforma lo que fue en verdad el territorio jurdano:  un auténtico santuario del Calcolítico.  También se rastrea la huella del romano, buscando las vetas cuarcíferas con oro.

HORCAJO, GENARO RAMAJAL
Panorámica del pueblo de Horcajo (Foto: GENARO RAMAJAL RURAL)

Don Romualdo Martín Santibáñez, nacido en 1824 en la localidad de Pinofranqueado, llegó a ser notario en la villa jurdana de El Casar de Palomero.  Otro hijo ilustre de esta legendaria tierra que no goza de la representatividad que debiera en el callejero de la comarca, ocupado por nombres anodinos y caprichosos que, en muchos casos, no aportaron nada a Las Hurdes, o lo que es peor, fueron artífices de su leyenda negra.  Pues don Romualdo escribió en el último tercio del siglo XIX el libro “Un mundo desconocido en la provincia de Extremadura: Las Hurdes”.  Y allí nos habla de la aldea de Horcajo: “Sus casas, miradas desde lo alto de cualquiera de los pueblecillos que la circundan, más bien que alquería parece un eremitorio como el de la sierra de Córdoba, morada de varones que consagraban su existencia a la contemplación y al estudio”.  Nos da detalla cuenta de la feraz vega donde se asienta el pueblo y de los castaños “corpulentos y verdaderamente colosales cuyo suelo no ofende el sol en los meses más fuertes del estío”.

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Vista parcial del poblado pastoril de Corrales del Moral (Foto: GENARO RAMAJAL RURAL)

Corriente arriba, donde las gargantas conforman la acuosa horca, aparece camuflado entre el paisaje pizarroso el poblado pastoril de Corrales del Moral.  Todo un cántico a la piedra y a los antiguos pastores-guerreros que habitaban estas serranías y que nuestra dirección general de Patrimonio Cultural no podía permitir que deviniera en calamitosa ruina. Por estos recovecos predicaron los frailes del convento de Los Ángeles, el que se alzó en el siglo XIII al oeste de la comarca, bajo la impresionante cascada de “El Chorritu”.  Y en Horcajo levantaron una primitiva y diminuta iglesia, puesta bajo la advocación de San Francisco de Asís y ampliada y reformada en el siglo XVII.  Por ello, esta alquería vino a ser centro de compadreo, diversión y devoción en tiempos que ya periclitaron.  A ella le toca acoger hogaño, concretamente el día 6 de febrero, esa fiesta tan arcaica, tan rupturista,  tan libertaria y tan cargada de míticas simbologías, realismos mágicos y valores antropológicos como es el “Carnaval Jurdanu”.

José Luis Azabal Hdez., alcalde de Pinofranqueado (Foto: JURDANU")
José Luis Azabal Hdez., alcalde de Pinofranqueado (Foto: JURDANU”)

Sin lugar a dudas, como han afirmado una buena gavilla de preclaros investigadores de la Cultura Tradicional, uno de los escasos carnavales del mundo hispánico que aún conserva ese sabor ruralizado que otorga señas de identidad a los antruejos que se pierden en la noche de los tiempos.  Nada de uniformados desfiles ni de psicodélicos y modernistas disfraces copiados del homogéneo mundo globalizado.  Nada de concursos a la mejor máscara y disfraz.  Nada de carrozas engalanadas de colorines.  Nada de beber en las extrañas aguas del carnaval urbano.  Nada de competitividad.  El Carnaval Jurdanu es otra cosa.  Es sobre todo uña y carne, auténtica catarsis, de lo que representaron las antañonas carnestolendas.  Pero de ello ya hablaremos en próximas crónicas.  La Mancomunidad de Las Hurdes es cada vez más consciente de los valores que atesoran sus antruejos y procura volcarse en ellos.  Merecería la pena trazar ciertas líneas rojas en torno a los mismos, para evitar la desleal competencia de ese desarraigado carnaval, carente de la magia que otorga raíces legendarias a la comarca jurdana y que, erigiéndose en burda copia del carnaval de la gran ciudad, se viene celebrando en la misma fecha en ciertos pueblos de Las Hurdes.

IGLESIA DE HORCAJO
Iglesia parroquial de Horcajo (Foto: Genaro Ramajal Rural)

En breves días, les contaremos más cosas sobre esta sobrecogedora manifestación cultural y festiva.  Ahora, en nombre del buen amigo José Luis Azabal Hernández, alcalde de Pinofranqueado; Cristina Gómez Martín, concejala de Cultura del mismo Ayuntamiento; David Gutiérrez Romero, alcalde-pedáneo de Horcajo, de Genaro (gestor de “Las Hurdes Ramajal Rural”) y de todo el vecindario de dicha alquería, tan involucrada en que el antruejo llegue a buen puerto, les animamos a que preparen el hato y apunten el día 6 de febrero en sus agendas.

Publicado: 14 de enero de 2016

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