El próximo domingo, 24 de enero, la ruta por el Valle del Esperabán, promovida por el instituto de enseñanza secundaria de Caminomorisco, alcanzará su IV edición. Buen tempero el de enero para engrasar músculos y entrar en calor. Sus organizadores se marcan como objetivo el conocer la impresionante naturaleza de la comarca jurdana y darle un rotundo abrazo a sus fascinantes ecosistemas.
La ruta se desglosa en dos: una larga, de 22 kilómetros y con una cota máxima de 1520 metros. Otra, corta, de 11 kilómetros y cuya cota baja a los 700 metros. La cota mínima para ambas es de 500 metros. Todo el recorrido a través de pistas y senderos. Se dará el pistoletazo de salida a las 8,30 de la mañana para la ruta larga, y a las 10,00 horas, para la corta. Ambas partirán de la alquería de El Castillo, la que baja a beber sus aguas a la margen derecha del río Esperabán.
Cuando los senderistas pisen las retorcidas, umbriosas y preciosas calles de la mentada aldea y después de confraternizar con sus vecinos, emprenderán el camino hacia aquella otra alquería de Las Erías, pasando junto a la estación prehistórica del “Tesitu de los Cuchílluh” y un imponente trilito (monumento megalítico) que bordean la estrecha vereda. Sugestivas y sustanciosas leyendas rodean estos hitos arqueológicos, que nos llevan a los tiempos del Calcolítico, cuando Las Hurdes estaban habitadas por una comunidad de belicosos pastores. Recorrer el casco urbano de Las Erías es introducirse dentro de unas estructuras castreñas que nos remontan a nebulosas épocas. Lástima que los responsables de la Administración extremeña no recondujeran al que osó levantar una vivienda modernista sobre el singular, trifontito y pétreo arco que da acceso al barrio antiguo, todo un arquetipo de la antañona arquitectura jurdana.
La aldea de La Aldehuela se recoge y se camufla junto a una pequeña vega. Las piernas han de seguir trotando hacia lo alto de las sierras, cuando la cuerda señala que el senderista deja a sus espaldas la región extremeña y tiene ante sus ojos los anchos campos de la provincia salmantina, la “Reonda de Ciá Rodrigu”, que así denominan los jurdanos a esas llanuras castellano-leonesas que se extienden hasta el infinito. Ahora, habrá que engrasar los tobillos ascendiendo hasta los picos de “La Bolla Grandi” y “La Bolla Chica”, cuyo topónimo hace mención a una tradicional fruta de sartén propia de estos terrenos. Después de un respiro, hay que emprender el descenso, que se hará por los mágicos parajes de “La Zambrana” y “Guijarru Brancu”, ambos cargados de historias legendarias que nos hablan de los míticos “móruh”, de sus castillos encantados y de sus tesoros escondidos.
Esta ruta se encuadra en el circuito de Rutas Senderistas “Camina Extremadura 2016” y lleva aparejada ciertas actividades paralelas, como un concurso fotográfico, talleres de gastronomía y manualidades, amenización de la actividad a cargo de tamborileros jurdanos y Djs locales y esas teatralizaciones que van jalonando la senda y que fueron muy aplaudidas en la edición anterior, pues cuando menos lo esperaban los senderistas, aparecían una serie de personajes escenificando cuadros de auténtico con auténtico sabor a estas tierras de Las Hurdes. El evento estará precedido el sábado, día 23, por la Feria de la tapa, que se lleva a cabo en la localidad de Pinofranqueado.
Se espera que se sumen docenas de personas a esta edición de la IV Ruta por el Valle del Esperabán, una zona que guarda muchos enigmas en sus adentros y que por defuera muestra la brutal belleza de las panorámicas jurdanas, donde las bravas y ariscas montañas se besan amorosamente con esos aterrazados pensiles y liliputienses huertecillos tan primorosamente cultivados por las encallecidas y honestas manos de generaciones de jurdanos.
Publicado: 20 de enero de 2016