Entre otros muchos placeres que la vida pone al alcance de cualquiera, está el de las palabras. Dependiendo de cómo las utilice su emisor se las puede disfrutar cantadas, escritas y habladas.
Se me ocurre, como chascarrillo, que quien lea este texto piense que uno abusa de su ingenio para el análisis y la deducción. Todo lo contrario, que nadie se asuste, es una simple reflexión. Sigo.
Basta decir que muchos son los géneros musicales y autores que utilizan magistralmente las palabras cantadas. De lo escrito y hablado habrá que elegir con acierto lo que se lee y se escucha, evitando así que nos engañen o aburran, tanto si es un libro o una charla, igual en prosa que en verso.
El poeta placentino Javier Pérez Walias, que da buen uso a sus palabras, dice que sus poemarios son para el recuerdo y la memoria, para que no se nos olviden las cosas. Por eso, recomiendo no perderse la XVIII edición del Aula de Literatura José Antonio Gabriel y Galán que se celebra en Plasencia hasta el mes de abril.
Hace tiempo, en los bares se ofrecían platos sencillos para el almuerzo, como los huevos al gusto. Varias preparaciones para un mismo condumio. Algo similar a lo que se nos ofrece con las palabras: contenidos al gusto de cada uno, con o sin guarnición.
A uno le gustan casi todas las palabras, especialmente si tienen sustancia.
Noviembre 2015