En un tiempo que latió y todavía hoy permanece con ritmo, las personas tropezaban con el cantante o grupo musical joven que les marcaba una época, unos días de ensueño y romanticismo. Aquellos que asimilaron una canción a un instante o a una fecha calendaria, la rememoran a lo largo del resto de su vida tarareándola por lo bajo cuando la casualidad se la acerca a los oídos.
Algunas personas de deneí maduro se quedan ancladas en una era. Otras, afinan el oído a diversos usos musicales con voces y acordes más cercanos a las inclinaciones de la sociedad en la que conviven.
De los Beatles y Frank Sinatra, hasta Michael Bublé y el grupo Coldplay no hay tanta distancia. Solo la que las orejas cerradas y el caparazón de la edad crean en alguna adormecida mente musical.
Leo en la prensa que faltan cantantes para renovar el añoso Coro Extremeño. Veo en una foto a su fundador Manuel García Matos, un por entonces joven musicólogo placentino que le pegaba con estilo al tamboril y soplaba la flauta con maestría. Dicen que buscan voces jóvenes para los Coros Extremeños, esos que nacieron hace ochenta años y que desde entonces permanecen activos. Habrá que motivar a las gargantas mozas.
Uno, aunque ya muy crecidito y en desuso vocal, se apuntaría a cantar con ellos. Ganas me dan de decirles que no busquen a un cantante con intención, que ya voy yo.
Publicado el 26 de noviembre de 2015