Mientras en otros muchos puntos geográficos se han acostumbrado a que sean los ayuntamientos los que corran con los gastos de las fiestas patronales, en la comarca jurdana, de modo fundamental en las alquerías, los vecinos suelen pagar colectivamente muchos de los gastos derivados de tales festejos, autogestionándose debidamente y llevando las fiestas a buen puerto. Ello puede ser fruto de la tradición de haberse autogobernado estas aldeas mediante el sistema de concejo abierto, que es el sistema democrático más natural y directo, basado en la cooperación y el apoyo mutuo, así como en ese lema tan anarquista de “cada uno según sus capacidades y a cada uno según sus necesidades”.
La alquería de El Cerezal no se iba a quedar atrás. Y si el pueblo de Nuñomoral, que es la cabeza del concejo y donde está la iglesia parroquial, celebraba desde antiguo a Nuestra Señora de la Asunción, los “jabalínih” (así son denominados cariñosamente los vecinos de dicha alquería), al decaer la mentada fiesta en Nuñomoral, la asumieron como suya y pasaron a celebrarla por todo lo alto. Hoy en día, se conocen por toda la comarca como las fiestas de “Nuestra Señorina”.
Este agosto echan a rodar los festejos el día 12 de agosto, miércoles, con una ruta senderista que, partiendo de El Cerezal a las ocho de la mañana, atravesará los parajes de la “Vega Reonda”, el “Calejón”, las inmediaciones de “Lah Pózah” y el “Charcu el güé”, los “Tejálih”, la “Presa” y el “Charcu Rollón”. Paisajes serranos de incomparables panorámicas, gargantas con pozas y charcos cristalinos, bosque de tejos, terrenos mitificados por el imaginario popular y donde se ocultan antiquísimos vestigios arqueológicos. Cada cual abona diez euros, donde se incluyen gastos del guía, del seguro y de una comida de hermandad. A las 20,00 horas, “Arodaiva: vida de cuentos”·, a cargo de Laura Moreira: preciosa voz para el poema y el cuento. Y a las 22,00 horas, la obra teatral “Las Sombras de Pandemonium”. Al día siguiente, salsa latinocubana, con la actuación de “Marabú”.
Entrando en el viernes, día 14 de agosto, sobre las diez de la mañana se abrirá el Mercado Artesanal Jurdano, que se desarrollará bajo los sones de los tamborileros de la comarca. Por la tarde, concierto de “Berzosax” y batukada con la intervención de “Santuka de Fuego”. También habrá un espectáculo para los más pequeños: “Pin Pan Pun-Show t.v.”. Después de la cena, sesión de circo “Gran Dieguín”.
Raquel Cantero con Javier Conde a la guitarra
Cuando caigan las once campanadas de la noche, esa insigne y cantaora cacereña de gran talla Raquel Cantero, casada con el “jabalín” Javier Jesús Iglesias, ofrecerá un enjundiosa y radiante recital, acompañada a la guitarra por Javier Conde. Al finalizar, sesión de música celta y música-fusión, con “Arte Unfly”, donde actúa de bajo (grupo “Punto en boca”) aquel otro “jabalín” Ismael Jesús Iglesias, al que algunos conocen como “El Trogolodita de la Huertita”.
A Nuestra Señorina la entronizan el día sábado 15 con la solemne misa y la correspondiente procesión acompañada por los tamborileros. Al mediodía, todos los vecinos y visitantes se arrimarán en torno a los calderos, para participar en una comida colectiva. Más tarde, chicos y grandes podrán disfrutar de la fiesta de la espuma y del “Trivial jurdanu”. Una cena organizada por los socios del “Club de las Tonterías” llenará bien las andorgas y, como de la panza sale la danza, pues a bajar lo comido y lo bebido con los acordes de la orquesta “Pelikan Band”.
Bien merece pasarse alguno de estos días por tan recogida y encantadora alquería, donde se juntan los ríos “Marvellíu”, Jurde y la garganta de “Arrocerezal”; donde se levantan los enormes riscales del “Frontal de la Nebrera”, en cuyas fragosidades cuentan que tienen sus cuevas los “Jáncanuh”; donde se yergue toda una tejeda cuyos árboles están declarados de “Interés Singular”; donde se levanta el poblado calcolítico de “El Collau”, aquel otro de “El Cahtillu de la Moza” y otras estaciones prehistóricas, con grabados, al sitio de “El Arcornocá”. Pueblo de tamborileros. Ya falleció el sonriente y bonachón de “Tío Mingu” (Domingo Rubio Crespo), pero aún están en pie Tío Manuel “El Canu” (Manuel Guillermo Velaz) y Enrique “Montoya” (Enrique Panadero Crespo). Y donde también nació y reside Conrado Crespo Duarte, un curandero y sanador capaz de eliminar con sus productos dolencias y los más apestosos olores de los pies más castigados y pezuñescos del ser humano.
Publicado en agosto de 2015