Claro que los palomeranos o palomeriegos, que hay para todos los gustos, celebran desde el día 3 al 9 de agosto a su bendito San Miguel Arcángel. Y agosto es pleno verano, cuando llegan los emigrantes y el pueblo triplica su población. De aquí que decidieran bajar de su altar al santo y procesionarlo bajo los soles del estío. Porque su verdadera efeméride es el 29 de septiembre, fecha muy importante en el calendario agropastoril; pero para esta jornada también se disponen otros actos religiosos y profanos.
A tales efectos, el Ayuntamiento de este precioso pueblo donde ya la penillanura comienza a hacerse sierra, rodeado por completo por numerosos plantíos de olivos que producen la renombrada aceituna “cacereña”, ha elaborado el correspondiente programa. Los prolegómenos de las fiestas se inician el lunes, 3 de agosto, con talleres infantiles cuando la mañana deja paso al mediodía. Continúan el martes, día 4, con juegos tradicionales, y el día 5, con un concurso de dibujo, que dará paso, por la noche, a una ruta nocturna, cargada de estrellas y de aventuras.
Luego, cuando den las nueve de la mañana del jueves, día 6, se dará salida a la ruta ciclista. Por la tarde, cuando comience a declinar el sol, campeonato de fútbol. A las 20,00 horas, pregón de fiestas; a las 23,30, concurso de disfraces, y a las 00,30 horas, Dj Paco Santos, con su “Fiesta Playera”.
Una denominada “Misa de niños” se llevará a cabo a las 12,00 horas en día 7, viernes. Y al poco rato, la charanga ya inundará las calles con sus sones, mientras van montando el mercado artesano organizado por la asociación de mujeres “Palumbarium”. Sobre las siete de la tarde, los cazadores de la asociación “La Canchalera” afinarán su puntería en el concurso de tiro al plato. Más tarde, habrá un espectáculo infantil y la fiesta de la espuma, y a la 01,30 horas, se pondrá en funcionamiento la discoteca móvil “Hernantel”, con Dj.
Curiosa y llamativa resulta esa “I Concentración de bebés” (0-3 años) que tendrá lugar el sábado, día 8, a eso de las once de la mañana. Continuará el mercado artesanal y, sobre las doce, se celebrará un concurso de fotografía. Los juegos infantiles y el bingo se dejan para la tarde. Por la noche, animada verbena, a cargo de la orquesta “Némesis”. El último y gran día es el domingo, día 9, cuando los vecinos se “remuarán” (ponerse guapos) para asistir a la misa solemne y a la procesión del santo, que siempre se acompañó por la egregia figura del tamborilero, tan propia de estos pueblos del norte cacereño y que ciertos ayuntamientos comienzan a arrinconar, cuando es parte consustancial de sus raíces. A media tarde, concurso de tute y castillo hinchable para los más pequeños. Y después de la cena, actuación de “Hurdan Films”. Como colofón, la verbena popular; en esta ocasión animada por el “Dúo Évanix”.
Entretenidas, coloristas y joviales fiestas en el único pueblo del mundo que, durante siglos, ha mantenido un monumento a la sana abulia y vagancia, conocida como la “Peña el Vagu”, lo que no quiere decir que los hijos de Palomero sean unos redomados “rehbálah” (vagos), pues los hermosos olivares que rodean al pueblo ponen de manifiesto su espíritu sacrificado y trabajador.
Publicado: 27 de julio de 2015