Garganta la Olla mantiene viva una fiesta única en el norte de Extremadura que dicen que procede de Grecia, de cuando las doncellas bailaban inocentemente ante el altar de Diana. Hoy en día, son ocho niñas y jóvenes las que bailan, pero a la Virgen cada 1 y 2 de julio con motivo de la festividad religiosa de Santa Isabel. Lo hacen en un ir y venir continuo por las calles de Garganta la Olla, ataviadas para la ocasión, y al ritmo del tamboril con suaves movimientos. Una ocasión especialmente sugerente para visitar una villa que es, de por sí, Conjunto Histórico Artístico y que está enclavada en la comarca de La Vera que, en verano, multiplica sus posibilidades de ocio con fantásticas zonas de baño naturales sumadas al turismo cultural con el cercano Monasterio de Yuste a la cabeza.
El Baile de las Italianas es una de esas fiestas auténticas que en el pueblo viven como si fuera un domingo con sus mejores galas, pero aún desconocida para el gran público por lo que se presta a compartirla con los vecinos, gente hospitalaria que disfruta mostrando un auténtico tesoro que merece ser conocido. Te cuentan que fueron los soldados garganteños que formaban parte de los Tercios Españoles los que trajeron esta tradición por contagio de los italianos, que la habían hecho suya, y que data de 1608 por prerrogativa real y autorización del Obispado de Plasencia.
Lo cierto es que basta comprobar la admiración con la que lo viven los paisanos al paso o detrás de las danzantes para dejarse llevar con lo que el Baile de las Italianas cautivará también al visitante. La víspera de la fiesta grande salen por primera vez tras el repique de campanas que anuncia la fiesta a mediodía.
El maestro y el tamborilero, Luis López y Pedro Calero, van buscando a las mozas como lo han hecho los últimos treinta años. Siempre ocho, que se van eligiendo por los mayordomos y que podrán repetir, eso sí, hasta que se casen. En ese momento lucirán apenas un guardapies, una falda típica bordada de colores que mudarán por la tarde por una sencilla falda tableada. Pero el día grande saldrán de blanco impoluto aunque adornadas igualmente con el pañuelo de mil colores al hombro, cintas de colores sobre las enaguas, un clavel hacia abajo si no tienen novio y un curioso gorro con un pajarito en lo alto y un espejo como símbolos de doncellas solteras. Así lucirán desde la Alborada a las seis de la mañana y el visitante hará bien en estar atento a los horarios a lo largo del día para verlas cruzar la villa en rápidas carreras. Aunque el sonido de sus castañuelas y el ritmo del tamboril van anunciando su itinerario.
El momento más solemne es cuando acuden a buscar a la Virgen para acompañarla en procesión porque desde ese momento, seguirán bailando suavemente pero ya sin darle nunca la espalda a la imagen en señal de respeto. Por la tarde, será ya el más lúdico de la jornada, que terminará con el ofertorio y la rifa de las roscas. donde toda niña, joven o señora que quiera, podrá animarse a danzar. Un rito vetado al género masculino, que sí puede ser mayordomo de la fiesta o un año antes diputado. Si alguien se les presenta en Garganta la Olla como diputado, ya saben que no va para Cortes.
Fiesta: El Baile de las Italianas
Fecha: 1 y 2 de julio
Dónde: Garganta de la Olla, en la comarca de La Vera
Publicado: julio 2015
The dance of The Italian maidens by the mountain girls of La Vera